Botín blinda su equipo en Estados Unidos tras la 'espantada' del CEO a Wells Fargo

Ana Botín, la mujer más poderosa del mundo según 'Fortune'
Ana Botín, la mujer más poderosa del mundo según 'Fortune'
Europa Press

La presidenta de Banco Santander, Ana Botín, protege a su equipo en los Estados Unidos de Scott Powell, que hasta su reciente fichaje como director de operaciones de Wells Fargo -uno de los cuatro mayores bancos de EEUU- ejercía como CEO de la entidad en el país. Para evitar que este directivo -responsable del paso adelante dado por la filial norteamericana del grupo- se lleve consigo a algunos empleados del banco, ambas partes han firmado un acuerdo que impide a Powell fichar a trabajadores de Santander durante ocho meses.

El banquero, además, ha renunciado al bonus de 2019 -que podría superar los cuatro millones de dólares- y a la remuneración en diferido acumulada durante sus cuatro años en Banco Santander a cambio de poder incorporarse desde ya a la cúpula de Wells Fargo. Y es que su contrato le impedía entrar a formar parte de un competidor con carácter inmediato, un tipo de cláusula habitual en el sector y que ya obligó al banco a retrasar la llegada de Andrea Orcel como número dos de Ana Botín antes de su fichaje se cancelase de forma definitiva el pasado enero.

Powell era uno de los empleados mejor pagados en Banco Santander. En los últimos cuatro años, estuvo a cargo de la transformación que permitió al banco a superar los test de estrés de la Reserva Federal (Fed) -tras los suspensos de 2014 y 2016- y repartir dividendos en EEUU sin tener que recibir autorización expresa de la institución norteamericana. Desde 2018, su salario fijo ascendía a tres millones de dólares anuales más un bonus por objetivos hasta 4,25 millones de dólares cada año. Además, también tenía acceso a un programa de incentivos de dos millones de dólares adicionales de los que había conseguido una cuarta parte en 2017.

En Wells Fargo, no obstante, Scott Powell recibirá una prima de fichaje de 3,2 millones de dólares en efectivo más una compensación de 7,5 millones de dólares más como compensación por la pérdida de su retribución en diferido. Además, tendrá un sueldo fijo de 1,75 millones de dólares, suma que se podrá incrementar significativamente con los bonus a los que aspira por rendimiento. En esta entidad, trabajará junto a Charlie Scharf, CEO del banco norteamericano y con quien coincidió en JP Morgan, con el objetivo de recuperar el terreno perdido tras el escándalo de las cuentas falsas que sacudió a Wells Fargo en 2016. 

Acuerdan no criticarse en el futuro

De acuerdo al clausulado de su acuerdo de salida, disponible en la Comisión de Valores (SEC, según sus siglas en inglés), ni los altos cargos de Banco Santander, ni Powell podrán hablar mal los unos de los otros, es decir, que no estan autorizados a hacer comentarios despectivos, difamatorios o falsos con un tercero en el futuro. Como es lógico, el dirigente tampoco podrá difundir información confidencial a la que haya tenido acceso durante su etapa en la entidad. 

Para sustituir al directivo, Santander ha reorganizado su cúpula en Estados Unidos y ha nombrado al directivo ejecutivo de Santander Bank, Timothy Wennes, como presidente y director ejecutivo de toda la filial, mientras que Mahesh Aditya ha sido desginado nombrado consejero delegado de Santander Consumer, puesto que también desempañaba Powell. Desde mayo de 2018 hasta ahora, Aditya ocupaba la dirección de Riesgos de Santander US, que ahora asumirá Sarah Drwal.

En cualquier caso, el fichaje de Scott Powell por Wells Fargo representa todo lo contrario a lo que ocurrió con Andrea Orcel, pues el banquero de inversión italiano no consiguió alcanzar un acuerdo de salida con UBS ni concretar las condiciones de la carta oferta que le había propuesto Banco Santander para ser el número dos de Ana Botín, lo que ha dejado en el dique seco al que fue considerado como uno de los 'George Clooney' de las finanzas. Las cifras de este fichaje, no obstante, eran muy superiores a las del de Powell.

Es más, Banco Santander se comprometió a pagar a Orcel una prima de fichaje de hasta 52 millones de euros más un salario anual de unos 10 millones. Tras el paso atrás de Botín respecto a la contratación, el directivo italiano ha presentado una demanda contra el banco por incumplimiento de contrato y, a no ser que lleguen a un acuerdo antes, ambas partes se verán las caras en los tribunales el próximo 13 de abril, fecha fijada para la audiencia previa del juicio.

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