Furor en Wall Street

El capital riesgo se une a la 'SPACmanía' y está cambiando el rumbo del sector

Hasta 176 empresas de 'cheque en blanco' han recaudado 49.500 millones de dólares en apenas dos meses de 2021, un ritmo que les sitúa en 1.000 operaciones a finales de este ejercicio. 

Wall Street
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EFE

El 'boom' de las empresas de adquisición de propósito especial (SPAC, por sus siglas en inglés) ya es un hecho en Wall Street: 176 ya han salido a bolsa en los dos primeros meses del año y han recaudado 49.500 millones de dólares, muy por encima de los datos registrados hace un año en el mismo periodo, según datos de Renaissance Capital. El ritmo de publicación, que podría alcanzar las 1.000 ofertas públicas de SPAC al final de 2021, amenaza ya a las tradicionales ofertas públicas de venta (OPV). Las empresas de capital riesgo no se quedan fuera de esta 'SPACmanía’ y cada vez son más las que sacan su propia compañía de adquisición de propósito especial para buscar un potencial negocio del que sacar rentabilidad. 

Las empresas SPAC son empresas formadas única y exclusivamente para recaudar dinero mediante una salida a Bolsa, es decir no realizan ninguna actividad económica, para luego fusionarse con otra compañía que todavía no sea cotizada. Tras la fusión el SPAC desaparece y su propietario entra en el accionariado de la nueva compañía. Esa participación en la nueva empresa, generalmente de cerca del 20% por la ayuda en la gestión, es el principal incentivo del capital privado. Las empresas de capital riesgo, que tienen como objetivo impulsar a otras compañías en sus primeros momentos para, una vez consolidada, obtener rentabilidad, se ven atraídas por el nivel extraordinario de liquidez que hay actualmente en los mercados tras los estímulos de los reguladores.

Lerer Hippeau , Khosla Ventures y Advancit Capital han sido las últimas firmas en formar una SPAC y presentar la solicitud para salir a bolsa en las próximas semanas ante los reguladores estadounidenses. Además, entre las próximas salidas a bolsa a través de una SPAC destaca la startup de transporte espacial Rocket Lab, que prevé fusionarse con la empresa de cheque en blanco de Vector Capital. Vector Adquisition, la SPAC con la que negocia Rocket Lab, captó 300 millones de dólares (cerca de 250 millones de euros) en su salida a bolsa el pasado septiembre, pese a dar el salto al parqué sin un negocio específico. Ahora, la fusión entre ambas aspira a valorar a la estadounidense en unos 4.100 millones de dólares (3.400, de euros). 

Esta fórmula ya la han seguido otras compañías de forma exitosa. Una de las más destacadas fue el acuerdo entre la SPAC Social Capital Hedosophia Holdings, propiedad del capitalista de riesgo Chamath Palihapitiya, y Virgin Galactic, la empresa aeroespacial de Richard Branson. La operación se produjo en 2019 y valoró a la compañía de Branson en 800 millones de dólares. Tras la fusión, el multimillonario indio, propietario de la SPAC, adquirió una participación del 49%. 

El impulso definitivo, pese al escepticismo inicial tanto por el mercado como por los inversores, se produjo en 2020, cuando la fórmula de las SPACs fue la gran protagonista. La mejora de los requisitos regulatorios y una serie de debuts exitosos recientes hacen prever que se consolide el modelo en el futuro próximo. "Definitivamente es una tendencia", afirmó Geoffrey Weinberg, director ejecutivo senior de DF King&Co en declaraciones a 'CrunchBase' y añadió: "Se van a quedar y la pregunta es a qué nivel". 

No obstante, mientras que en Wall Street la extensión de estos productos se ha generalizado en Europa todavía es un 'rara avis'. En el último año se produjeron pequeños depósitos de efectivo cotizados en Londres y Ámsterdam, pero el único intento de un acuerdo importante, The Harvester Holdings de Martin Franklin, de 750 millones de dólares, se canceló debido a la falta de demanda. Ya en 2021 el inicio de este camino en Europa parece llegar finalmente de Bernard Arnault, presidente de LVMH y el hombre más rico de Europa. Tikehau Capital se unió en febrero con Financière Agache, el holding controlado por Groupe Arnault el nuevo vehículo de inversión, que estará liderado por Jean-Pierre Mustier, ex consejero delegado de UniCredit, y al exbanquero de Bank of America, Diego De Giorgi.

En cualquier caso, esta irrupción está cambiando el rumbo del capital riesgo, generándose una mayor concentración de ese dinero en las SPAC una mayor competitividad. Estas empresas cuentan con un plazo de dos años para encontrar el negocio con el que fusionarse y si finalmente no se produce la fusión el dinero se reparte entre los accionistas. Sin embargo, lanzarse a las SPAC también puede suponer un inconveniente. Es probable que una empresa de capital riesgo busque adquirir empresas de su propia cartera, lo que significa que tienen un conflicto de intereses cuando se trata de asignar acciones primarias y secundarias. 

Riesgo para los inversores

Por otra parte, a medida que crece la popularidad de estos productos de inversión, también se intensifica la especulación sobre ellos y los consecuentes riesgos para los inversores. Los inversores aficionados, que buscan la rentabilidad rápida siguiendo la estela de Gamestop, están comenzando a invertir en SPAC a partir de rumores o sin ni siquiera saber con qué empresa se fusionará. En el caso de las empresas de capital riesgo se agrava porque su objetivo son compañías con escasa trayectoria y que tardarán años, si finalmente lo consiguen, en despuntar y generar ingresos.

Este nuevo 'boom' queda reflejado en los auges que han experimentado diferentes SPACs en las últimas semanas ante solo rumores de una posible fusión. Un ejemplo de ello fue la compañía Churchill Capital IV Corp, que subió hasta un 548% desde su salida a bolsa, alcanzado una valoración de casi 17.000 millones, después de que Reuters informara de una posible fusión con la startup de vehículos eléctricos de lujo Lucid Motors, con una valoración de aproximadamente 12.000 millones. Una semana después sus acciones perdieron cerca de 8.000 millones de dólares en valor tras conocerse las condiciones del acuerdo, no tan benignas como se rumoreaba.

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