Dos años después de su muerte, obra de Sergio Larraín llega a los chilenos

  • A más de dos años de su muerte, en febrero de 2012, los chilenos pueden por primera vez, a través de una retrospectiva que expone el Museo de Bellas Artes de Santiago, conocer la obra de Sergio Larraín, un fotógrafo que tras conquistar la fama internacional prefirió dedicarse a la vida contemplativa.

Santiago de Chile, 6 may.- A más de dos años de su muerte, en febrero de 2012, los chilenos pueden por primera vez, a través de una retrospectiva que expone el Museo de Bellas Artes de Santiago, conocer la obra de Sergio Larraín, un fotógrafo que tras conquistar la fama internacional prefirió dedicarse a la vida contemplativa.

"Destinó una parte importante de sus últimos años a meditar en el norte del país, alejado del mundo de la fotografía, y en ese sentido que esté acá es casi un milagro, porque lo que quería era no exponer jamás su obra", comentó hoy a Efe el director del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), Roberto Farriol Gispert.

Un total de 157 imágenes, 11 dibujos y 7 "satoris" (momentos puros de iluminación) ampliados de los negativos originales acompañan a los visitantes por los ojos de Larraín, el primer latinoamericano que perteneció a la destacada agencia internacional Magnum Photos, a la que fue invitado por el propio Henry Cartier-Bresson, su fundador.

Y si como el artista decía, "una buena imagen nace de un estado de gracia", los pasillos y vitrinas que inundarán la Sala Matta del museo hasta el 15 de julio se han encargado de regalar instantes únicos en blanco y negro a todos los que se han atrevido a mirar por el objetivo de Larraín desde la inauguración de la muestra, el pasado 27 de marzo.

Los temas que tratan las fotografías exhibidas son "muy variados". "Desde temas de la calle, a temas muy íntimos en su último periodo, pero lo importante de Larraín es esa visión espiritual o muy subjetiva con respecto a la mirada", continuó Farriol Gispert.

La mirada del fotógrafo chileno ha pasado por el 44° Festival de Fotografía de Artes, en el sur de Francia, y la Fundación Cartier-Bresson, en París.

Sus reportajes sobre la guerra de Argelia, la familia del último Sha de Irán y la mafia siciliana empapelaron publicaciones pero la magia del obturador de Larraín se dispara cuando encuadra Chile.

"Hay una especie de percepción del instante, de lo que cada uno intuye en un momento determinado", continuó Roberto Farriol Gispert, que además de director del MNBA es pintor y artista visual.

Life, Cruzeiro y Paris Match son algunas de las prestigiosas revistas de fotografía que destacaron el trabajo del fotógrafo chileno más reconocido en el exterior pero que se negó a mostrar su trabajo en casa.

En los años 90, su obra era desconocida entre los estudiantes y fotógrafos nacionales ya que solo llegaban descripciones y alguna fotocopia.

Roberto Farriol Gispert achaca su decisión de no exponer en Chile a esa "visión espiritual" que le llevó a "dejar el ego y todo tipo de materialidad" y, ahora, dos años después de su muerte, su espíritu por fin habita los pasillos de un museo nacional.

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