El diccionario del abuelo: rehilar, encentar y enjalbegar

  • Los abuelos son una auténtica mina a la hora de enriquecer el vocabulario ajeno. A veces dicen frases difíciles de comprender, con vocablos que parecen inventados. Algunos es probable que lo sean, pero otros no solo existen, sino que significan justo lo que quiere expresar quien los usa.
M. J. Arias

Sea porque las nuevas generaciones manejan un vocabulario más pobre o porque son términos que han caído en desuso, lo cierto es que los abuelos utilizan palabras que a veces obligan a visitar el diccionario. De otra manera resulta imposible saber qué es lo que pretenden decir. Porque… ¿qué significa encentar? ¿Rehilar es bueno o malo? ¿Cómo encontrar el almirez si no se sabe lo que es?

Este año toca enjalbegar

Enjalbegar una casa no es otra cosa que otra formar de decir encalar las paredes, es decir, pintarlas de blanco. Mirando su definición en el diccionario de la RAE se puede comprobar que el término enjalbegar es algo más amplio que encalar, ya que también puede utilizarse para la acción de maquillarse. “¡Qué enjalbegada va esa mujer!”. El potingue que se usa para esta acción es el jalbegue.

¿Has encentado ya el jamón?

No hay un término más exacto que encentar para referirse a la acción de empezar algo como una buena pata de jamón. Encentar significa comenzar. Pero en su tercera acepción es disminuir, mordisquear, cortar. ¿Qué otra cosa mejor se puede hacer con un jamón?

Niño, no comas tanto que te va a entrar basquilla

Esta es más bien una licencia poética. El término existe, sí, pero no significa exactamente lo que se quiere decir en la frase de ejemplo. La definición es “enfermedad que padece el ganado lanar por abundancia de sangre”. Lo que un abuelo quiere decir cuando advierte a su nieto de que no coma tanto que le va a dar basquilla es que se va a poner malo por exceso de comida y no de sangre como reza la definición oficial de la RAE.

No me encuentro bien, me rehílan las piernas

Si alguien dice que le rehílan las piernas o cualquier otra parte de su cuerpo no está diciendo otra cosa que que le tiemblan. Por eso es tan propio de los abuelos. Aunque el verbo rehilar tienen otras acepciones como “hilar demasiado o torcer mucho lo que se hila” o la acción de “pronunciar con rehilamiento ciertas consonantes sonoras”. Aunque las más curiosa de todas, además de la de temblar, es la que hace referencia al ruido que hacen las armas arrojadizas cuando van “como mucha rapidez”.

Ponte la chamarra, que hace frío

Chamarra o zamarra son una de esas palabras cuyo significado puede dilucidarse por el contexto. Si uno le advierte al otro de que se ponga la chamarra porque hace frío. Una de dos, o es la bufanda o es la cazadora. Bueno pues es la segunda y el término zamarra proviene del vasco. Chamarra es prácticamente lo mismo.

Me duelen las rodillas, barrunto que va a cambiar el tiempo

Otro clásico de los abuelos es ser capaces de predecir el tiempo que va a hacer por el dolor de sus huesos. Y eso, predecir, es lo que significa barruntar. “Prever, conjeturar o presentir por alguna señal o indicio”. Pues eso, barruntar.

No encuentro el almirez para estos ajos

¿Qué se puede querer hacer con un almirez y unos ajos? Básicamente, machacarlos. El almirez es ese utensilio que solía haber en las cocinas de antes. Pequeño, con la forma de un cuento con un palo y que servía para machar alimentos. Vamos, un mortero. Usar almirez es mucho más preciso, porque sólo se refiere a ese cachivache, mientras que mortero tiene más acepciones.

No remedes a tu hermana

Los niños son expertos en remedar. Significa imitar y cuenta con tres acepciones distintas según la RAE. Aunque a la que se refiere esta frase es a la tercera. “Dicho de una persona: Hacer las mismas acciones, visajes y ademanes que hace otra, generalmente con intención de burla”. Por cierto, visajes significa gestos.

Buenos días, quería unas trencillas negras

Usar esta palabra puede provocar más de un mal entendido con el dependiente de la mercería ya que su significado es bastante amplio. “Galón trenzado de seda, algodón o lana, que sirve para adornos de pasamanería, bordado y otras muchas cosas”. El enredo está en ese ‘otras muchas cosas’. Uno de los muchos usos que se le da a la palabra trencilla es para referirse a los cordones de los zapatos.

Usa los alfileres para tener la ropa

La clave para entender esta frase está en el verbo tender. Si los alfileres se quieren para eso, es poco probable que quien pronunció la recomendación se refiera a esos pequeños y afilados objetos de metal que parecen clavos finos. Lo más seguro es que se refiera a las pinzas de la ropa, las que se usan, precisamente, para tenderla y que suelen ser de madera o plástico.

Mi nieto es un alhaja

Este es un término prácticamente ‘made in abuelos’. Es muy raro oír a alguien que pase de los ¿30? ¿40? usar alhaja para referirse a alguien en el sentido de que se trata de una persona de “excelentes cualidades”.

Las almóndigas es mejor comerlas despacio, no te vayas a engollipar

Para terminar, un dos por uno. La primera, almóndigas, que a fuerza de decirse mal ha sido aceptada por la RAE como sinónimo de albóndiga. El otro término extraño, ‘engollipar’, se refiere al hecho de atragantarse. Y es que las almóndigas pueden ser muy traicioneras. Cuidado al comerlas.

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