Erwin Schrott enseña "los colmillos" de los "poseídos" de la ópera en "Arias"

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 27 may.- El bajo barítono uruguayo Erwin Schrott, "honrado" hace un año con la nacionalidad española, ha decidido en su último disco, "Arias", "ponerse la piel de lobo" y enseñar cómo son los colmillos de sus "poseídos" personajes. "La oscuridad de mi voz -se ríe- le va como anillo al dedo a los chicos malos".

Erwin Esteban Schrott Baladon (Montevideo, 1972) lleva "espectacularmente" ser español en estos tiempos de crisis "patria": "los uruguayos nacimos en crisis y no percibo la diferencia", bromea en una entrevista con Efe este "animal escénico", propietario de una voz "extraordinaria y palpitante", como la describe la crítica.

"Cuando en Europa se sufre una crisis tan fuerte, en Uruguay no tienen ni para empezar, pero es verdad que en España, donde tengo familia y muchos amigos, lo están pasando mal. Con todo, lo peor es llegar a casa y decirle a tu familia que te han despedido. A nosotros nos pasó con nuestro padre y fue un dolor enorme", recuerda emocionado.

Por eso, y porque nada le es ajeno, ha decidido poner en marcha junto a su mujer, la soprano rusa Anna Netrebko, la Fundación Anna y Erwin para los Niños, un proyecto "de gran implicación y responsabilidad", que ha empezado a colaborar con la Asociación Valenciana de Ayuda a la Parálisis Cerebral (AVAPACE).

El primer cantante lírico que accede a la nacionalidad española, solicitada por él con el "padrinazgo" de Plácido Domingo, aunque conserva la suya de nacimiento, está "espectacular de contento" con el resultado de su disco anterior, "RojoTango", del que empezará la gira a finales de este año con The Philarmonics.

"Ya se que han pasado más de 15 meses y que acabo de sacar otro disco, pero ha llevado mucho tiempo coordinar mi agenda, que está llena hasta 2016", resume sin falsa modestia.

El que está considerado como el mejor intérprete contemporáneo de grandes papeles de Mozart como Leporello y Figaro ha decidido, no obstante, no incluir ningún aria suya porque, dice, "no encajaba musicalmente", aunque, para compensar, se ha dado el gusto de meter "un zarzuelazo" de Pablo Sorozábal, "La tabernera del puerto".-

El repertorio de "Arias", en el que está acompañado por la ORF Radio Symphony Orchestra Vienna dirigida por Daniele Rustioni, lo componen Offenbach ("Los cuentos de Hoffmann"), Bizet ("Carmen"), Verdi ("I Lombardi" y "Attila"), Massenet ("Don Quijote"), Boito ("Mefistofele"), Gounod ("Fausto") y Puccini ("Tosca").

A ello se añade un aria de "Salvator Rosa" del brasileño Carlos Gomes que no se hace a menudo, porque le gratifica "generar curiosidad con las incógnitas".

Dice que es "pura casualidad" que los personajes que protagonizan esas "Arias" -segundo de los discos que graba con Sony Classic- sean "malos" pero que es lógico porque una voz oscura como la suya "expresa lo oscuro del alma" y "todos ellos están como poseídos".

Volverá a compartir escenario con su mujer, y con Jonas Kaufmann, en los conciertos "Opera's greatest stars", en los que él interpretará temas de "Arias" y de "RojoTango", todo "música linda" para que el público "se relaje y disfrute".

"Desde el inicio de nuestra relación querían que cantásemos juntos y nunca había podido ser. Empezamos el año pasado y tanto al público como a nosotros nos encantó. Lo más importante es que es artísticamente sostenible", asegura el bajo-barítono, con residencia oficial en Viena.

El artista saltó a la fama en 1998 tras ganar el premio del público en Operalia, el concurso fundado por Plácido Domingo, y su carrera ha ido en la progresión "que debía": "me habría gustado mucho cantar el repertorio de 'Arias' con 30 años pero habría sido un gran error porque me habría quemado la voz".

"He tomado mis decisiones con cautela, calma y respeto. Esto no es una maratón; no corro hacia ninguna parte y me dedico 'a full' a este repertorio de ahora, con Mozart entre medias porque es el bálsamo para la voz", revela.

La voz, dice, va cambiando constantemente y haberse dedicado a Mozart los últimos años le permite ahora cantar como lo hace ahora, sin esfuerzo, dejando que el latido de su corazón salga por su boca, "sintiendo los silencios".

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