La madre de Britney Spears teme ser acusada de racista

Lynne Spears -que ha sido demandada junto con su exmarido, Jamie, por difamación, violación del contrato e injurias tras la última recaída de Britney en 2008, por parte de Sam Lufti, antiguo mánager de la cantante- podría estar buscando un mandato judicial para prevenir que Sam la acuse de antisemitismo durante el juicio. Una fuente aseguró al portal TMZ que Lynne ha pedido formalmente que Sam pueda llamar a declarar a un experto para testificar sobre algunos comentarios un tanto polémicos que escribió sobre él en su libro de memorias 'A través de la tormenta', que publicó en 2008, aunque la elección del jurado todavía no está determinada.Concretamente, la madre de la princesa del pop se refirió a él como "Svengali", un término que, por un lado, designa a una persona que manipula y controla a los demás, pero en la literatura anglófona también puede referirse a una versión de Ahasver, una figura judía en la mitología cristiana.Por otro lado, Sam aseguró que encontró metanfetamina durante la última recaída de Britney hace seis años, cuando la artista fue hospitalizada en un centro psiquiátrico y perdió la custodia de sus dos hijos, tras lo que empezó a ser tutelada por parte de su padre.Los abogados de la estrella desmintieron las afirmaciones en las que Sam había asegurado que intentó salvarle la vida a Britney y podrían estar buscando demostrar que Sam era solo un traficante de droga que perseguía la fama de la cantante, a quien además separó de su familia.La cantante, por su parte, parece que ha recuperado el rumbo y se encuentra centrada ahora en su trabajo como jurado en la edición estadounidense de 'Factor X', así como en su próxima boda con su antiguo agente, Jason Trawick.