Largas colas anteceden el cierre parcial del museo de Pérgamo de Berlín

  • Las colas de visitantes se alargan hoy más de lo habitual en torno al Museo de Pérgamo, a escasas horas de que el altar que da nombre a la institución, su joya, quede oculta al público por al menos cinco años para una intensa rehabilitación.

Berlín, 27 sep.- Las colas de visitantes se alargan hoy más de lo habitual en torno al Museo de Pérgamo, a escasas horas de que el altar que da nombre a la institución, su joya, quede oculta al público por al menos cinco años para una intensa rehabilitación.

Mañana domingo será el último día en el que turistas y curiosos podrán acceder a la sala principal del museo más popular de Berlín, con más de 1,2 millones de visitantes el año pasado, y contemplar esta colosal obra de arte helénico del siglo II a.C. que fue descubierta en la actual Turquía en el XIX y trasladada íntegramente a Alemania.

La dirección del centro reconoce un aumento de la afluencia en las últimas semanas y ha aumentado el número de visitas guiadas para atender a la demanda de los visitantes extranjeros y berlineses.

El cierre de la sala principal se enmarca dentro del plan de saneamiento general del museo y se debe a que, por motivos de conservación y financieros, no es posible desmontar la obra expuesta.

El objetivo es reparar los daños en la estructura y el moho que se ha ido formando en las más de 100 esculturas del periodo helénico a lo largo de su historia de este altar de 33 por 35 metros.

Dedicado a la diosa Atenea, se calcula que este altar fue construido entre el año 180 y 159 antes de Cristo, en la actual Turquía, y sus frisos narran para las futuras generaciones las luchas entre dioses y gigantes.

Sin embargo, el tiempo lo relegó al olvido y no fue hasta finales del siglo XIX cuando arqueólogos alemanes recuperaron este monumento y, previo pago de 20.000 marcos al Imperio Otomano, iniciaron el traslado a Berlín pieza a pieza en 1879.

Tuvieron que pasar más de 50 años hasta que el Museo de Pérgamo pudiese ser inaugurado, en 1930, pero su emplazamiento duró poco, ya que tras la II Guerra Mundial, los rusos se llevaron el altar a San Petersburgo, en donde permaneció hasta 1958, cuando volvió a Berlín para quedarse.

El Museo de Pérgamo acoge en la capital alemana una de las mayores colecciones de obras clásicas del mundo, entre las que destacan, además del citado altar, la Puerta de Istar, perteneciente a la muralla interior de la ciudad histórica de Babilonia, y la fachada principal del mercado romano de la localidad de Mileto.

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