¿Éxito o fracaso? Los desfiles veraniegos de Cibeles congregan a 40.000 asistentes

  • La Mercedes-Benz Fashion Week Madrid ya ha dado la cifra de asistentes de su primera cita estival, de la que dice estar satisfecha.
Agatha
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EFE

Hace unos días vivimos la primera edición de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, antigua Pasarela Cibeles, de verano. Entre el 6 y el 11 de julio, la moda invadió la capital con un total de 47 desfiles entre los que se celebran en el Pabellón 14 de IFEMA y los -cada vez más- que tienen lugar en diferentes puntos de la ciudad. Unas fechas inéditas con las que la organización buscaba hacerse por fin un hueco en el calendario internacional sin verse rodeada de las principales pasarelas mundiales.

Se trataba, por tanto, de una apuesta arriesgada, porque implica mover los desfiles a julio, un mes ya de vacaciones en buena parte del mundo -más aún fuera de España que aquí, donde el mes por excelencia es agosto- en el que los termómetros se derriten en Madrid. No obstante, la pasarela dirigida por Charo Izquierdo se arriesgó y hoy sabemos el resultado. 

Este jueves, la MBFWM ha hecho públicos los datos de asistencia a esta 68º edición de la pasarela y el saldo es de 40.870 asistentes, 9.386 personas menos que en la edición del pasado enero. De este modo, Cibeles se deja casi 10.000 asistentes por el camino y cae a los niveles más bajos de público hace más de 10 años. De hecho, en los últimos años venía recuperando el público perdido en los primeros años de esta década.

En concreto, la organización ha desglosado los datos y fueron 36.217 personas las que acudieron a los desfiles de IFEMA, mientras que los celebrados en el exterior congregaron a 4.653 personas. Así, la pasarela dice estar "satisfecha" con estas cifras, las cuales evidencian una notable caída del público. Si bien estos datos pueden tener dos lecturas diferentes.

Fracaso relativo

Evidentemente, una caída tan acusada de los asistentes debe verse como un paso atrás para Cibeles, una pasarela que cada vez quiere tener más peso. Era evidente que, por la fecha elegida, la participación iba a resentirse, pero no se esperaba que el descenso fuera tan grande en comparación con la edición de invierno. 

Si bien es cierto que hablamos de una fecha muy arriesgada que se celebra por primera vez, por lo que todavía es pronto para hacer una valoración de más envergadura, porque no se puede comparar con ninguna referencia anterior. Por lo tanto, hay que esperar a que la gente tenga asimilada la nueva fecha para ver si realmente merece la pena. Evidentemente, la pérdida de público podría haber sido mayor, pero es una cifra que conviene analizar, porque quizá está diciendo más de lo que parece.

Aunque la mayoría de público acudió a IFEMA para ver los desfiles, esto es así porque el grueso se celebra allí. Si bien casi 5.000 personas estuvieron en los que se celebraron en puntos como el Jardín Botánico o el Museo de Ciencias Naturales (el de Palomo Spain), lo que da buena cuenta del interés que despiertan estos eventos, más allá de que fueran los nombres más atractivos de la edición. Sacar la pasarela de IFEMA es una de las principales peticiones que se le viene haciendo a la MBFWM en los últimos años. Su lejanía y la frialdad de sus instalaciones no hacen del pabellón el mejor lugar para mostrar al mundo la moda española.

Como vemos en algunas de las pasarelas más importantes -Nueva York, París o Milán-, la mayoría de shows tienen lugar en puntos emblemáticos de las ciudades, congregando así a más público y haciendo que la pasarela de verdad arraigue. Por ello, la pasarela española debería analizarlo en profundidad una vez que tiene estos datos en la mano. La prueba veraniega ya está hecha, ahora hay que valorar si merece la pena intentarlo una segunda vez.

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