Muñoz Molina: "El arte tiene que enseñar a mirar la vida y a entenderla"

  • Ana Mendoza.

Ana Mendoza.

Madrid, 27 nov.- Pocos artistas hay en el mundo que, como Goya, se hayan atrevido a mirar de frente el espanto de la guerra y hayan sabido reflejarlo en sus obras. De esa forma, con valentía y sin prejuicios, cree Antonio Muñoz Molina que hay que enfrentarse al arte, y de esa actitud nace su libro "El atrevimiento de mirar".

"El arte tiene que enseñar a mirar la vida y a entenderla", decía hoy Muñoz Molina al presentar, en el Museo Thyssen Bornemisza, este libro que reúne nueve ensayos que este gran novelista fue escribiendo por encargo a lo largo de casi veinte años, unas veces para catálogos de exposiciones y otras para conferencias. Solo hay un texto inédito, el dedicado al pintor Miguel Macaya.

Los textos aparecen por orden cronológico de la vida de los artistas. Así, el libro, publicado por Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, comienza con un ensayo sobre Georges de La Tour, del siglo XVII, y continúa con otros dos sobre Goya para adentrarse luego en Edward Hopper, Pablo Ruiz Picasso, Christian Schad, el fotógrafo Nicholas Nixon, Juan Genovés y Macaya.

En estos ensayos confluyen la literatura, la pintura y, también, ese "atrevimiento de mirar" que da título al libro y que se refiere a la valentía con la que Goya se enfrentaba a su oficio. "Probablemente, Goya fue el primer pintor -quizá después de Caravaggio- que se atreve a mirar las cosas como son, y el primero que mira el mundo en su propio espanto", afirmaba Muñoz Molina.

Ese atrevimiento de mirar que tienen algunos pintores "es algo estético pero también ético", porque Goya no solo refleja "las canalladas" que cometían los franceses "con los españoles indefensos" en la Guerra de la Independencia; también mira "las barbaridades que los españoles le hacían a los franceses".

Muñoz Molina es muy aficionado al arte y posee "una formación académica relativa". Estudió Historia del Arte en Granada, pero ese tipo de estudios "no garantiza nada. Muchas veces lo que garantiza son prejuicios", decía hoy, acompañado por el editor Joan Tarrida.

Afortunadamente, "superó" su formación académica, gracias a autores como Pierre Francastel, Erwin Panofsky y Gombrich. Y fue de Baudelaire y de Marcel Proust de quienes empezó "aprendiendo a escribir sobre arte". Más tarde descubrió a Robert Hughes y su "apasionada claridad".

Los ensayos de su nuevo libro, indicó Muñoz Molina, son también "una invitación a que el aficionado tenga el atrevimiento de mirar la pintura", porque el arte no es solo "el territorio de los especialistas". Y a que, "con honradez intelectual, reconozca las propias sensaciones y diga sin miedo si le gusta o no".

El autor de novelas tan importantes como "El jinete polaco", "Sefarad" o "La noche de los tiempos" ha intentado con su literatura favorecer la mirada "franca y abierta" en el espectador de arte.

Y para conseguir esa mirada es necesario ver "los originales" de las obras de arte, no reproducciones.

"Está muy bien ver los detalles en Google Art, pero los cuadros tienen que ser mirados en el sitio en el que están expuestos porque esa experiencia es incomparable. Es la misma diferencia que hay entre ver una foto de un plato de comida y comerse el plato", señalaba Muñoz Molina, académico de la Lengua desde 1995.

En una época como la actual en la que la reproducción virtual es algo "omnipresente, paradójicamente nada puede suplir la experiencia de ver 'Las Meninas' en el Museo del Prado", afirmó.

Pero no siempre el artista o el escritor están preparados para mirar de verdad: "A veces vemos solo aquello que estamos predispuestos a ver".

Además, "hay muchos intereses para que no se vean ciertas cosas", y esos intereses están detrás con frecuencia de los reportajes sobre las guerras actuales. "Casi nadie quiere mirar de verdad las guerras", subrayó Muñoz Molina.

"Ver de verdad las cosas es una lección que nos dan los grandes artistas", y esa lección la da, por ejemplo, el fotógrafo Nicholas Nixon con sus retratos sobre las hermanas Brown. "Se atreve a mirar el paso del tiempo" en las caras de su mujer y de sus hermanas a lo largo de los años, comentó el escritor.

"La última lección verdadera del arte es cuando te enseña a mirar la vida", subrayó.

Mostrar comentarios