Según los expertos

Cuatro señales de que podrías tener debilidades en tu sistema inmunológico

Si bien la efectividad de la primera línea de defensa del cuerpo no se puede comprobar con una prueba única que la mida con exactitud, se pueden comprobar ciertos indicadores que sirven como pistas.

Gripe, resfriado, constipado, constiparse, mujer tosiendo, toser, tos
Gripe.
EUROPA PRESS - Archivo

La pandemia del coronavirus ha vuelto a poner sobre la mesa un tema que se nos suele olvidar la mayoría del año y que surge únicamente en el contexto de las temporadas de alergias: la fuerza del sistema inmunológico de cada persona. Su efectividad no es responsabilidad de ningún órgano particular ni se puede comprobar con una prueba única que la mida con exactitud. Sin embargo, todas las personas pueden revisar ciertas señales de su cuerpo que sirven como pistas para saber si sus niveles de respuesta inmunitaria están en condiciones mejorables.

En primer lugar, están las personas que enferman a menudo y tardan más tiempo que el promedio para recuperarse. Es normal que todos experimenten ciertas dolencias leves a lo largo del año, como lo serían dos o tres gripes al año que se pasa en menos de una semana, pero una persona que supere estas estimaciones tiene motivos suficientes de preocuparse y por ello, solicitar una cita a su médico de cabecera para que le realice una revisión.

Medicamentos inmunosupresores

Hay individuos a quienes se les recetan ciertos medicamentos cuyos efectos secundarios, conocidos como inmunosupresores, pueden incluir un cierto debilitamiento de algunos mecanismos de barrera contra las infecciones. Estos tratamientos incluyen la quimioterapia, los corticosteroides, que se usan para tratar alergias, asma y algunos tipos de inflamación, e incluso ciertos antibióticos si se usan con frecuencia.

Un sector de la población especialmente vulnerable son los individuos que se encuentran continuamente en estado de estrés. A diferencia de las instancias puntuales, el estrés prolongado debilita el sistema inmune, generando irregularidades en su funcionamiento, con lo que podría exacerbar enfermedades autoinmunes o agravar ciertas reacciones alérgicas.

De manera parecida, la reactivación del virus del herpes, que suele estar latente en los portadores, es otra señal de que el sistema inmunológico se ha debilitado. El aumento en la frecuencia de la aparición del herpes labial y de culebrilla es un claro indicador de que la primera línea de defensa del cuerpo puede encontrarse comprometida. 

Mostrar comentarios