Exlíder nigeriano cree que la violencia es fruto del fracaso sociopolítico

  • El antiguo presidente de Nigeria Olusegun Obasanjo reconoció hoy en Praga el fracaso de la política social en su país, lo que se ha traducido en frustración de los jóvenes y ha desatado una espiral de violencia.

Praga, 22 oct.- El antiguo presidente de Nigeria Olusegun Obasanjo reconoció hoy en Praga el fracaso de la política social en su país, lo que se ha traducido en frustración de los jóvenes y ha desatado una espiral de violencia.

Obasanjo considera que los dirigentes nigerianos no han sabido dar tratamiento adecuado a una inmensa población juvenil en paro: "No hemos tenido éxito en la política social", dijo Olusegun en declaraciones a Efe.

El exdirigente nigeriano participó hoy en el panel "Cuestiones y soluciones para el millardo más pobre", dentro de la XVI edición del Foro 2000, una iniciativa del expresidente checo Vaclav Havel.

"Somos 170 millones y el 60 % tiene menos de 30 años. Y el 60 % está desempleado. Estamos ante una caja de pandora. Hay frustración, ya que no importa la experiencia que hayan adquirido en términos de educación", explicó.

Por ese motivo, lo único que queda es esperanza, "pero cuando esta se pierde, se pierde todo y llega la desesperación", añadió sobre la situación que atraviesan los jóvenes.

Obasanjo no cree que el motivo de los conflictos, que se recrudecieron en Navidad, sea de índole religioso, aunque haya adquirido esa connotación por el apoyo brindado por Mali a los radicales musulmanes.

"Si bien internamente no tenía serias connotaciones religiosas, con el incentivo del exterior las adquiere", explicó Obasanjo.

El problema ha llegado a tal punto que los presidentes de Nigeria, Good Luck Jonathan, y de Níger, Mahamadou Issoufou, acaban de firmar en Niamey (Níger) un acuerdo de seguridad y defensa con la mirada puesta en la necesidad de reunificar Mali, cuya parte septentrional está controlada desde junio precisamente por grupos islámicos radicales.

En un contexto de diversidad, "cuando hay un grupo, esencialmente musulmán, poniendo bombas y empleando violencia, ven a todos como enemigos. Pero sobre todo ven como enemigos a los que están un poco mejor. Si los atacantes son musulmanes y los atacados son cristianos, no es por un asunto de religión, sino la peor situación socioeconómica", apostilló.

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