François Ozon: cualquier experiencia "puede ser positiva"

  • A François Ozon le gusta cambiar y sorprender con cada una de sus películas y tras la magnífica "En la casa", se adentra en la juventud y la prostitución con "Joven y bonita", una historia con la que el realizador francés trata de demostrar que cualquier experiencia "puede ser positiva".

Alicia García de Francisco

Madrid, 28 feb.- A François Ozon le gusta cambiar y sorprender con cada una de sus películas y tras la magnífica "En la casa", se adentra en la juventud y la prostitución con "Joven y bonita", una historia con la que el realizador francés trata de demostrar que cualquier experiencia "puede ser positiva".

"La vida es una experiencia, depende de lo que hagas", explicaba Ozon en el último Festival de Cannes a un reducido grupo de periodistas tras presentar en la competición oficial su filme, que se estrena mañana en España.

"Lo que era importante para mí era mostrar a alguien que es libre, que puede elegir lo que quiere y que decide experimentar algo", precisa el realizador, muy cuidadoso al usar sus palabras para que nadie piense que hace apología de la prostitución.

En su opinión, "todo puede ser bueno para ti, si eres capaz de entender lo que te pasa" y eso es por lo que pasa Isabelle, a la que interpreta la modelo y debutante como actriz Marine Vacth, por la que está nominada al César del cine francés a la mejor actriz revelación.

Isabelle es una joven que lo tiene todo. Es muy guapa, tiene una familia que la quiere, toda la libertad y las comodidades materiales posibles y varios compañeros que suspiran por ella. Pero, con pocas explicaciones que permitan saber las razones, se mete en el mundo de la prostitución.

"Es una investigación, ella no sabe dónde está el deseo, en cierta manera es un aprendizaje. Cuando eres un adolescente tienes que descubrir dónde está tu sexualidad, tienes que aprender", explica Ozon, que cree que esta experiencia, pese a lo duro que pueda parece, "puede ser positiva para ella".

Una conclusión que quiere que el espectador saque por sí mismo y por eso, trata de no juzgar al personaje. "Para mí era importante enamorarme de ella y no juzgarla, solo seguirla y tratar de entender y estar cerca de su misterio".

"No quería ser moralista", afirma Ozon, que no cree que prohibir la prostitución sea una solución y menos en un mundo como el de hoy en el que la sexualidad está en todas partes y en el que los niños pueden ver filmes pornográficos muy fácilmente.

El problema está en que "es muy difícil para los padres darse cuenta de que a sus hijos les gusta el sexo y en este caso es una joven con una sexualidad muy agresiva", una chica que, como es propio de su edad, "no tiene miedo al peligro".

"Cuando eres joven necesitas sentir algo, hormonalmente estás cambiando y quieres sentir algo, pero estás como anestesiado, a esa edad no tienes miedo de nada, no tienes miedo de morir", señala Ozon antes de explicar que las numerosas escenas de desnudo son un elemento importante de la historia.

Unas escenas que fueron muy fáciles de rodar porque Marine Vacht, de 23 años, tenía una larga carrera de modelo y no tenía pudor ni sentía vergüenza. "No tuve que pasar horas de discusión como suele pasar con las actrices, ella lo hacía en dos segundos y encima es preciosa", recuerda divertido.

Y también considera que cuando un desnudo es importante para la película y tiene una razón de ser, no supone un problema. "Normalmente, las actrices son inteligentes y saben que el cine se construye desde el deseo", puntualiza.

Sobre las comparaciones que han surgido entre "Jeune & Jolie" y "Belle du jour", de Luis Buñuel, Ozon asegura sentirse halagado, aunque considera que el filme del maestro español es una de las mejores películas hechas nunca sobre la prostitución, pero considera que la suya es sobre la adolescencia.

Además asegura que utilizó la prostitución como podía haber usado otros problemas de la adolescencia, como la anorexia, las tendencias suicidas o las drogas. El desencadenante es "el hecho de que la juventud quiere experimentar algo fuerte".

Para ello necesitaba contar con un rostro nuevo y que trasmitiera toda esa fragilidad y fuerza, al mismo tiempo, que encontró en Vacht.

Cuando le hizo la prueba, "Marine estaba allí pero a la vez estaba en otra parte, transmitía algo mágico y misterioso y eso era justo lo que buscaba. Las otras actrices eran buenas pero eran realistas. Marine tiene la calidad de las estrellas, algo misterioso que te lleva a querer saber lo que pasa detrás de sus ojos y de su cara".

Un filme impresionista, que no muestra las claves de la vida de la joven y que se limita a dar algunas pinceladas para que sea el espectador el que haga el retrato global de la historia.

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