La dulzaina y los cohetes festejan en Ávila la llegada del Resucitado

  • Por Antonio García.

Por Antonio García.

Ávila, 20 abr.- El característico sonido de la dulzaina y el estruendo de los cohetes han servido para festejar este mediodía en Ávila la llegada de Jesucristo resucitado, durante una procesión que ha puesto el broche a la Semana Santa de esta capital, que este año ha estrenado el título de Interés Turístico Internacional.

Los cerca de seiscientos miembros de la Cofradía del Santísimo Cristo Resucitado -1689- y Nuestra Señora del Buen suceso -1702-, unificadas en 1944, han acompañado las dos imágenes por las calles del norte de la ciudad y por las del casco histórico, donde han sido contempladas por miles de abulenses y visitantes durante dos horas.

Esta procesión eminentemente alegre, sirve como inicio oficioso a las fiestas en los barrios de la capital abulense, que a partir de ahora comenzarán con sus celebraciones.

El ambiente festivo de este desfile procesional, ha contrastado con la austeridad y el recogimiento que desde el pasado Viernes de Dolores ha caracterizado la Semana Santa de Ávila.

La celebración de esta jornada ha arrancado minutos antes de las once de la mañana ante las puertas de la parroquia de la Sagrada Familia, donde las imágenes titulares de la Cofradía han sido esperadas por cientos de personas para contemplar el encuentro entre la Virgen su hijo resucitado.

El emocionante acto ha reunido frente a frente al Santísimo Cristo Resucitado, una obra de los talleres de arte Cristiano de Olot, adquirida en 1944 en la Casa Alsina de Madrid, y a la imagen de Nuestra Señora del Buen Suceso, una talla anónima del siglo XVII.

En ese momento, esta última talla ha sido despojada del manto negro con el que permanecía cubierta en señal de luto por la muerte de su hijo, lo que ha provocado los aplausos de los fieles, mientras han sonado los acordes del himno nacional (Marcha Real), interpretado por las típicas dulzainas de la tierra.

En una mañana algo fresca, aunque muy luminosa, las dos imágenes han sido introducidas en el interior del templo, donde el párroco, Jesús Sánchez, ha presidido la celebración religiosa.

Tras la eucaristía ha comenzado una procesión desde la zona norte hasta el casco histórico, donde los dos pequeños pasos han pasado bajo los arcos de la muralla y circulado ante las puertas de la catedral, acompañados por una comitiva integrada por los miembros de la cofradía y del resto de hermandades de la ciudad.

Durante todo el trayecto no ha parado de sonar la dulzaina por parte del grupo Raíces, mientras los cohetes advertían a abulenses y visitantes la buena nueva y la presencia del Santísimo Cristo Resucitado y de Nuestra Señora del Buen Suceso.

El mismo ambiente festivo ha continuado durante un recorrido que ha incluido una pequeña parada en la ermita del Humilladero, donde se encuentra la imagen del Santísimo Cristo de los Ajusticiados, una talla del siglo XVI, convertida en uno de los emblemas de la Semana Santa abulense.

Desde ese punto, situado junto a la basílica de San Vicente y frente al lienzo este de la muralla, la comitiva se ha dirigido hacia la ermita del Resucitado, ubicada en el paraje conocido como El Pradillo, donde ha llegado minutos antes de las catorce horas.

Las campanas del pequeño templo han repicado para recibir a ambas imágenes que, como es tradición, han rodeado la ermita antes de ser introducidas en el interior mientras volvía a sonar el himno nacional.

Durante toda la jornada, pero especialmente esta tarde, El Pradillo vivirá la tradicional romería por la que cada año pasan miles de abulenses para visitar a Cristo Resucitado, y al mismo tiempo degustar las obleas y las almendras garrapiñadas que se venden en los puestos.

Además, esta jornada es costumbre degustar el contundente hornazo, un producto típico de panadería elaborado con pan, chorizo, lomo, tocino y huevo cocido, que se disfruta tras la Cuaresma y que hoy es vendido en numerosas panaderías y tiendas de la ciudad. EFE

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