Ángel Mullera, debutante en unos Juegos Olímpicos gracias al recurso que presentó ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) contra su exclusión del equipo español por sospechas de dopaje, cayó de bruces al suelo en la primera serie de 3.000 metros obstáculos y acabó undécimo, antepenúltimo y eliminado.
Protagonista en los medios de comunicación españoles durante toda la semana por la polémica suscitada sobre su inclusión en el equipo, Mullera ha vivido también una desagradable experiencia en pista, condenado a terminar la carrera por mera dignidad.
Descolgado del grupo delantero, el gerundense hubo de resignarse a formar el furgón de cola y batirse por evitar el último puesto con el portugués Alberto Paulo y el alemán Steffen Uliczka. Lo consiguió, apretando en las dos últimas vueltas. Undécimo con 8:38.07. Ahora le espera un expediente disciplinario.
El Comité de Competición de la Federación Española de Atletismo no halló motivos ayer para suspender a Ángel Mullera tras examinar la nueva información aportada por el Consejo Superior de Deportes, de modo que el gerundense pudo competir en la primera serie de 3.000 metros obstáculos.
Mullera fue reintegrado, por resolución del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), al equipo español, del que había sido apartado tras publicarse su correspondencia electrónica con un preparador anónimo que le recomendaba productos dopantes y la forma de no dar positivo en los controles.
Los esfuerzos del Consejo Superior de Deportes y del Comité Olímpico Español por evitar su participación en los Juegos resultaron inútiles, aunque el caso seguirá su curso con el expediente disciplinario que el Comité de Competición de la Federación Española le abrió la semana pasada.
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