El Valencia llegó a La Rosaleda con la intención de asaltar los puestos de Champions en la Liga, pero se marcharon trasquilados después de jugar un pésimo partido en el que no recibieron una goleada histórica por la mala puntería de los delanteros blanquiazules y por las brillantes intervenciones de Alves, el mejor de su equipo con mucha diferencia.
No existió el centro del campo de los de Pellegrino y los ataques de los locales fueron en oleadas. Portillo, con un golazo en el minuto 7, abrió el camino de la victoria, pero después tardó el Málaga otros 70 minutos en marcar el segundo. Y no fue por falta de ocasiones. Porque las disfrutaron Isco, Joaquín, Camacho, Saviola, Portillo, Santa Cruz... todos y cada uno de los futbolistas locales llegaron hasta las inmediaciones de la portería rival y dispusieron de jugadas para ampliar ventaja. Pero tardó en llegar.
De hecho, lo mejor que le pasaba al Valencia era que, con un partido pésimo, se plantó en el último cuarto de hora de partido con un solo gol por detrás en el marcador. Una jugada a balón parado, un error defensivom, un rachace... cualquier jugada desafortunada podría deparar que un partido que dominaron los locales de cabo a rabo no acabara en victoria malacitana.
Pero no. El Valencia fue una sombra de sí mismo y del equipo que plantó cara al Bayern. El Málaga no dejó de presionar y terminó goleando en el último cuarto de hora ante un equipo deslavazado que nunca tuvo opción de llevarse nada positivo de La Rosaleda y que ofreció la peor imagen posible ante un equipo, el de Manuel Pellegrini, que sigue creciendo por momentos. Saviola, Santa Cruz e Isco hicieron los goles a un conjunto, el de Pellegrino, que por su parte debe hacer examen de conciencia porque sus aficionados resumieron el partido con una palabra: vergüenza.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios