Martín Lasarte dice que no ve todavía salvado a su equipo

  • San Sebastián.- El entrenador de la Real Sociedad, el uruguayo Martín Lasarte, estaba muy feliz al finalizar el partido ante el Real Zaragoza, valoró el triunfo pero advirtió de que "las matemáticas dicen que hay que mantener la intensidad hasta el final no sólo por la permanencia, sino porque es lo justo".

2-1. La Real sufre para ganar al Zaragoza y acariciar la salvación
2-1. La Real sufre para ganar al Zaragoza y acariciar la salvación

San Sebastián.- El entrenador de la Real Sociedad, el uruguayo Martín Lasarte, estaba muy feliz al finalizar el partido ante el Real Zaragoza, valoró el triunfo pero advirtió de que "las matemáticas dicen que hay que mantener la intensidad hasta el final no sólo por la permanencia, sino porque es lo justo".

El entrenador realista narró que siguió el encuentro "con ansiedad y tensión", no tuvo problemas en admitir los méritos que hizo el conjunto maño y comentó que vio "perdido en algún momento" el partido de hoy.

Lasarte aprovechó su comparecencia para felicitar públicamente al capitán Mikel Aranburu, autor del tanto de la victoria, de quien recordó como en otras ocasiones "sacó al equipo de apuros graves y complicados" y también destacó que su gran gol desde fuera del área "no fue una casualidad" ya que los ha metido similares en otras oportunidades.

El mexicano Javier Aguirre, entrenador del Real Zaragoza, no quiso arrojar la toalla en la lucha por salvarse y dijo que ve a su equipo capacitado para ganar los dos próximos encuentros, ya que en las cinco últimas jornadas ha tenido opciones en todos los partidos y ha sido capaz de ganar en el Santiago Bernabeu.

"Sigo creyendo en la permanencia y por eso al que crea en su equipo y pueda pagar la entrada se lo vamos a agradecer con esfuerzo y ojalá que con los tres puntos", ha confesado Aguirre en la sala de prensa de Anoeta.

El preparador mexicano lamentó la forma en la que se perdió el choque en los últimos minutos, cuando acariciaba un empate "que no era malo", y reconoció que la derrota postrera le dejó "la cara, el cuerpo y todo lo demás de tonto".

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