Cuidado con la nueva guerra de los depósitos: tienen trampa

  • Necesitados de dinero líquido, los bancos y cajas se han lanzado a una nueva guerra de depósitos. Pero, cuidado, esta nueva oleada tiene trampa, porque se trata de productos estructurados. Aquí tienes varios ejemplos muy prácticos.
Los créditos concedidos por la banca crecieron el 2,2 por ciento en enero
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Ya lo hemos vivido antes: en época de 'vacas flacas', los bancos y cajas suelen echar mano de los depósitos para intentar captar capital directo de sus clientes.

Pero, si en anteriores oleadas lo que encontrábamos era un gran abanico de rentabilidades fijas, lo que el mercado nos ofrece ahora son productos de rentabilidad incierta aunque muy bien maquillada: los depósitos combinados o estructurados.

Se trata de productos dobles que dividen nuestro capital en dos partes: una parte invertida a un interés fijo durante un plazo determinado, igual que un depósito fijo; y otra parte destinada a una inversión elegida por el banco: el petróleo, la Coca-Cola, los resultados de la Liga BBVA, el Ibex 35, Adidas, Hyundai, una combinación entre los precios del azúcar y el café… En realidad, cualquier cosa es válida para especular.

El comercial de la entidad suele insistir en las dos ventajas que estos depósitos tienen para nosotros: una alta rentabilidad TAE para el capital invertido a tipo fijo y un 100% de capital garantizado. Pero es posible que pase de puntillas por otros aspectos de la operación, mucho más numerosos y decisivos sobre nuestra rentabilidad:

1. La inversión a tipo fijo se aplica a corto plazo y la variable a un plazo mucho mayor. Por ejemplo, en el Depósito Combinado de BBVA, la golosa rentabilidad del 5% TAE se aplica sólo a 6 meses (es decir, sólo obtendremos el 2,5% de Tasa de Interés Nominal, ya que será sólo medio año de depósito) mientras que el dinero invertido en el Fondo BBVA 5-100 Eurostoxx ha de mantenerse durante 4 años.

2. La cancelación anticipada no está permitida en un 90% de estos productos. Lo peor es que en muchos casos el banco se reserva el derecho de cancelar el depósito en cualquier momento.

Por ejemplo, en el Depósito 6 Extra de Kutxa al 7,5% TAE, no se pueden efectuar disposiciones parciales ni cancelaciones anticipadas, pero el banco cancela el depósito en el momento en que el cliente obtiene rentabilidad del fondo de inversión. Es decir, el cliente invierte sus ahorros a cinco años pero el vencimiento se puede producir durante los cuatro primeros, en cuanto se cumplen las condiciones de rentabilidad, que son que E.ON y Telefónica igualen o aumenten a la vez su cotización actual.

3. No podemos elegir el valor al que se referencia el depósito. Este valor o valores son cuidadosamente seleccionados por el banco para sean atractivos a primera vista para el inversor, pero no demasiado verosímiles. ¿Por qué? Porque los bancos contratan un derivado para cubrirse en una tercera parte en caso de que el cliente gane, e intentan evitar que el precio de este seguro sea muy alto a causa de demasiadas posibilidades de ganancia. En resumen, podemos tener la seguridad de que los fondos de inversión no son seleccionados por su alta rentabilidad.

Por ejemplo, en el Depósito Combinado 70/30 de Cajamar, sólo se consigue rentabilidad del 30% de capital a fondo variable si todas las acciones de su cesta, compuesta por Apple, Microsoft, KPN NV y Telefónica se mantienen o aumentan su valor a la vez, cosa muy poco probable. ¿Cuánto hay que saber de finanzas para poder tener una idea de la probabilidad de obtener una rentabilidad aceptable?

4. Algunas de las mejores rentabilidades quedan fuera del alcance del pequeño inversor. Por ejemplo, en el Depósito 90/10 del Santander, que esta semana ha indignado al sector ofreciendo un 4,5% TAE a 12 meses, el capital mínimo aceptado son 50.000 euros.

5. La liquidación de intereses no suele efectuarse hasta el final. En el caso del Depósito Mixto 70-30 de Banesto, como en muchísimos otros casos, no recuperaremos ni el 30% de la inversión a tipo variable ni los intereses generados por ésta hasta 4 años después de la contratación.


6. De la cantidad invertida en el fondo de inversión, el banco se llevará unas comisiones (de gestión, depósito, suscripción, reembolso…) que no nos cobrará al abrir el depósito, pero que sí se restarán de la rentabilidad obtenida.

En esta nueva guerra del pasivo, donde lo importante es seguir lanzando ofertas atractivas, cada día vemos nuevos giros en la letra pequeña de los depósitos: rentabilidad creciente o decreciente, tope de ganancias máximas preestablecido, plazos más y más largos (de hasta 10 años)…

Aunque también es cierto que los depósitos combinados de nueva generación ofrecen un perfil mucho más sofisticado que sus predecesores: menor inversión requerida (la mayoría se conforman con 3.000 €), rentabilidad extra si entregamos el dinero un tiempo antes del periodo de contratación (sobre el 1%), aumento de la rentabilidad fija y disminución de la variable cuando antes solían ser al 50% (recordemos Cajamar y Banesto al 70/30, NovaCaixaGalicia al 60/40, Ibercaja al 80/20 o Santander al 90/10) y regalos, tanto en especie, como la gorra del Depósito Marc Márquez de Catalunya Caixa; como en remuneración, como el Depósito Fernando Alonso del Sabadell.

En resumen, sólo es aconsejable abrir un depósito combinado si se conoce muy bien a qué juego jugará el banco con nuestro dinero y estamos dispuestos a (1) dejar a merced de la Bolsa una parte del capital, (2) acatar la fórmula inventada por el banco para calcular la rentabilidad, (3) pagar unas comisiones que no pagaríamos en un depósito fijo, (4) mantener la parte variable mucho tiempo depositada, (5) no cobrar hasta cumplir el plazo acordado con el banco y (6) asumir que la rentabilidad de la parte variable puede ser del 0%.

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