Nucleares. Garoña está calentando al ebro, según greenpeace


La actividad de refrigeración de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) está produciendo una "importante" contaminación térmica en el Ebro, al verter al río aguas que superan en unos 15ºC sus valores normales de temperatura.
Así lo revela un informe que presentó Greenpeace este miércoles en Madrid. Por ello, la organización pide a la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, que revoque "de forma inmediata" la autorización de vertido de aguas de refrigeración de la central.
Según explicó el responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace, Carlos Bravo, el estudio ha sido realizado por entidades homologadas por la Administración para la recogida y análisis de muestras termométricas.
Según indicó, el informe concluye que la actividad de refrigeración de la central produce "una notable contaminación térmica en el río Ebro", que se transmite incluso aguas arriba de la propia central. El embalse de Sobrón, situado en sus inmediaciones, "sufre, en gran medida por esta causa, una gran eutrofización".
De acuerdo con el informe, la temperatura del río el día del muestreo, en febrero de 2011, era de 6,5ºC antes del paso de las aguas por la central. Para Bravo, "lo esperable habría sido encontrar a lo largo del río temperaturas de ese orden".
No obstante, la temperatura de las aguas del embalse de Sobrón tras la zona de dispersión térmica era de entre 17ºC y 21ºC.
Bravo asegura que la autorización de vertido de aguas otorgada a Nuclenor (titular de la central) por la Confederación Hidrográfica del Ebro (organismo dependiente de Medio Ambiente) especifica que "en el río el máximo incremento admisible para la temperatura tras la zona de dispersión térmica, respecto a la temperatura aguas arriba, será en cualquier caso de 3ºC".
Según informó Greenpeace, la central toma además "enormes cantidades de agua" de este río: 24,3 metros cúbicos por segundo, lo que supone que necesita al año unos 720 hectómetros cúbicos de agua.
Los ecologistas aseguran que un informe del Ministerio de Medio Ambiente de julio de 2009 ya alertaba de los problemas actuales de refrigeración de Garoña y del "previsible empeoramiento de esa situación en el corto y medio plazo".
Además, denuncia que los datos de temperatura del agua que toma Nuclenor "no se ajustan a la realidad y están orientados a ocultar la enorme contaminación térmica que provoca su actividad". Nuclenor, según Greenpeace, "cuenta para ello con la connivencia de la Confederación Hidrográfica del Ebro".
MÁS PRUEBAS EN LOS "STRESS TEST"
Greenpeace dice haberse dirigido por escrito al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba; a la ministra de Defensa, Carme Chacón; a la titular de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, y al ministro de Industria, Miguel Sebastián, para exigirles la realización urgente de los "stress tests" obligatorios para todas las centrales nucleares y el cierre inmediato de las que no los superen.
La ONG considera que estos test deben incluir también pruebas que analicen la resistencia de las instalaciones nucleares frente a posibles ataques terroristas y sabotajes, ciberataques, frente a impactos de aeronaves o misiles (por accidente o ataque terrorista) y ante situaciones de emergencia como las vividas en Fukushima, en Japón.
Greenpeace asegura que iniciará acciones legales para exigir al Ministerio de Medio Ambiente que "tome cartas en el asunto", y dice que se plantea denunciar a la Confederación Hidrográfica "por permitir a Nuclenor la manipulación de datos".

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