"Si tenemos que competir con Amazon, no podemos pelearnos también entre nosotros. No nos queda otra que unir fuerzas", explican fuentes de uno de los grandes grupos de hipermercados. Con las fusiones en el horizonte inevitable, ya sean a medio o a largo plazo, el primer paso es sellar alianzas. La última, la anunciada este mismo lunes, entre el primer operador de Europa, Carrefour, y el líder del Reino Unido, Tesco.
A falta de plasmar los detalles, lo harán en los próximos meses, se trata de una alianza estratégica para negociar conjuntamente con proveedores: compartir procesos, hablar con una sola voz, ahorrar costes y, al final de la cadena, rebajar los precios de venta y dar un paso más en la guerra que vive el sector de la distribución alimentaria. Negociarán con la baza de sumar juntas un volumen de ventas próximo a los 150.000 millones de euros.
No son las únicas que han seguido ese camino. La pasada semana, otros cuatro gigantes europeos, los tres grupos franceses Auchan, Casino y Schiever y el alemán Metro, firmaron una alianza similar. De nuevo para negociar más fácilmente con proveedores y arañar euros a sus márgenes.
Unas alianzas que, de momento, están dejando fuera a los operadores españoles. Sobre todo a Dia, la única cadena cotizada y realmente internacionalizada (en Portugal, Argentina y Brasil) a la espera de que Mercadona dé el próximo año sus primeros pasos en el mercado luso. A Dia, además, le sobrevuela la posibilidad de una opa, una oferta de compra, por parte de su principal accionista, el magnate ruso Mikhail Fridman. Ayer, la posibilidad de que Dia juegue sus bazas hizo despegar su acción, que recuperó un 2,9% y se aleja de su mínimo en el parqué.
Buscar un socio
Dia está a la búsqueda de socios porque ya tenía alianzas a escala nacional y comunitaria, rotas en los últimos meses. En abril finalizó el acuerdo que, durante tres años, había mantenido con la francesa Intermarché, centrada en el mercado portugués. Y, sólo unos días después, ocurrió lo mismo con su alianza local con Eroski que, de nuevo, tenía el foco en la negociación conjunta con proveedores nacionales e internacionales.
Desde entonces está sondeando una nueva asociación que, de momento, no ha llegado. Su consejero delegado, Ricardo Currás, aseguró a finales de mayo que la compañía estaba "trabajando activamente para recuperar otras alianzas" y que el acuerdo llegaría "en poco tiempo", según señaló en un encuentro con franquiciados de la compañía.
Y se queda sin opciones. Una de las posibilidades pasaría por unirse a alguno de los acuerdos que ya mantienen otras compañías; o buscar nuevos socios, como algún grupo alemán que aún permanece sin pareja en este proceso, como Lidl, aunque se trate de uno de sus principales competidores en España.
Mercadona, de momento, al margen
El acuerdo entre Tesco y Carrefour puede acelerar los plazos y las negociaciones en las que, salvo sorpresa, no entraría Mercadona que, con sus estrategia de interproveedores, sigue un modelo particular respecto a otros gigantes del comercio.
A la espera de los detalles, además de ayudar a Tesco y a Carrefour en las negociaciones con los grandes fabricantes, el 'superpacto' a escala europea también les permitirá abaratar sus 'marcas blancas'. El acuerdo prevé una vigencia de tres años y generará a los dos gigantes de la distribución unos ahorros de costes anuales cercanos a los 450 millones de euros, según las estimaciones realizadas por la firma Jefferies.
Le toca así mover ficha al resto de grupos, Amazon incluido que mientras en Estados Unidos cerró la compra de Whole Foods, en Europa aún no ha realizado ninguna adquisición que le permita tener un pie en las tiendas físicas.
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