Hawkers se reorganiza: fusiona varias filiales tras la huida de parte de su cúpula

  • El fabricante de gafas de sol simplifica su estructura en España, fusionando las filiales de sus marcas secundarias con Play Hawkers.
Dos de los directivos de Hawkers.
Dos de los directivos de Hawkers.
José González

Una reorganización en pleno terremoto en la cúpula. El fabricante de gafas de sol Hawkers ha decidido simplificar su estructura en España. La compañía, presidida por el inversor venezolano Alejandro Betancourt, ha fusionado todas las filiales de sus marcas secundarias con Play Hawkers, la principal. Lo hace en plena huida de parte de su cúpula, tras la que aún no ha encontrado un consejero delegado (CEO).

Hawkers había construido durante los últimos años una red de filiales con las que gestionaban sus múltiples marcas con las que operan desde España: Northweek, que adquirió en 2016; Miss Hamptons; Play Okyla; AfterVentures; Bratleboro, y Wolfnoir (Wolf and Sun). Todas ellas convivían bajo el paraguas de Saldum Ventures, la sociedad holding del grupo.

A partir de ahora, desaparecerán como empresas. Según han confirmado en el Registro Mercantil, Saldum Ventures ha aprobado la fusión de las principales por parte de Play Hawkers, su principal marca y filial. Se queda al margen de esta operación Wolf and Sun (que opera la enseña Wolfnoir) y Hawkers Group Retail.

Al margen de estas sociedades, la compañía ha creado un entramado de firmas por todo el mundo por lo que es difícil conocer su fotografía económica exacta. Al menos cuenta, según ha podido comprobar La Información, con filiales en Australia (Saldum Austria LTD) y en Hong-Kong (Play Hawkers Hong Kong Limited). En ninguna de ellas, ni en la matriz española, consolida las cuentas.

Salidas en la cúpula

Esta reorganización se completa justo en plena huida de parte de la cúpula de la compañía. Alejandro Moreno, hermano de otro de los cofundadores, salió el pasado mes de octubre después de que el fondo de Alejandro Betancourt le recomprara las acciones. Betancourt forma parte de los que se conocen como 'bolichicos' venezolanos, jovenes empresarios que hicieron fortuna con contratos públicos del chavismo entre acusaciones de sobornos, tal y como reportaron medios como Bloomberg o The Wall Street Journal. Acusaciones que no acabaron en condena, porque la Justicia no tenía pruebas de que los Betancourt y su primo vivieran en Nueva York, por lo que no tenía competencia en el caso (no entró al fondo de la cuestión). Según confirmaba el diario El Mundo y El Confidencial -y es rechazado por la compañía de manera tajante-, estaba siendo investigado por blanqueo de capitales.

Moreno ejercía de consejero delegado. Desde esa fecha, pese a los intentos, aún no se ha logrado cubrir esa vacante. A esta salida se suman las de Hugo Arévalo, vicepresidente y uno de los inversores relevantes de la compañía. Se quedan al frente David Moreno, Pablo Sánchez y Francisco Pérez.

Su modelo (y su gasto), a debate

La salida de Moreno se produjo tras una nueva inyección de unos 20 millones de euros que lideró Betancourt a principios de este año. Esta ampliación de capital se cerró año y medio después de los 50 millones que inyectó en su irrupción en la compañía.

¿El contexto? Este nuevo capital llega en pleno debate sobre su fuerte gasto en marketing y las dudas sobre su sostenibilidad. Recientemente la compañía ha publicado las cuentas del año 2016 de su principal filial, Play Hawkers. El crecimiento se redujo considerablemente. Si en 2015, multiplicó por más de 3 sus ingresos hasta los 21,5 millones, en 2016 estos se elevaron un 46% hasta los 31 millones.

El gasto de marketing y publicidad incrementó casi un 80% hasta los 15,6 millones de euros (frente a los 8,7 millones de un año antes). Es decir, la mitad de todos los ingresos logrados por las ventas de gafas se dirigieron a este capítulo (un año antes, la proporción era inferior). Las cuentas se tiñeron de rojo: 4 millones de pérdidas frente al millón de ganancias del ejercicio anterior.

Al margen de los números, Hacienda ya ha puesto los ojos sobre la compañía española. En marzo de 2017, la Agencia Tributaria inició una investigación sobre el Impuesto de Sociedades y el IVA de los ejercicios 2014 y 2015. La inspección ha concluido, según confirman fuentes oficiales de la empresa, con un acta de liquidación de conformidad. Se desconoce la cifra que han tenido que pagar, pero la empresa no había provisionado nada a cierre del ejercicio ante una posible acta de liquidación y sanción.

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