Previsiones para 2024

Los ‘jefes’ de las telecos se resignan a una batalla comercial pese a la gran fusión

La fortaleza de Digi, la presión por crecer de Vodafone, la presencia creciente de pequeñas OMV y la obligación de las dos grandes de mantener números pesarán en una pugna, especialmente en el bajo coste.

Marius Varzaru, CEO de Digi
Marius Varzaru, CEO de Digi, el gran 'coco' del sector en España.
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Las operadoras de telecomunicaciones viven desde hace años inmersas en una batalla comercial sin descanso. La fusión de Orange y Másmóvil estaba llamada a reducir algunos grados esa presión. Pero los principales ejecutivos se resignan a un escenario en el que la pugna se mantendrá. La fortaleza de la rumana Digi, alimentada con las concesiones exigidas por Bruselas, la presión por crecer de Vodafone España bajo el paraguas de Zegona, la presencia creciente de las pequeñas telecos virtuales y la obligación de los dos grandes grupos de mantener números pesarán en una pugna, que se mantendrá especialmente intensa en el segmento del bajo coste.

El CEO de Másmóvil y futuro primer ejecutivo de la joint venture con Orange, Meinrad Spenger, era claro ante las preguntas de analistas días atrás en la presentación de unas cuentas que reflejaban un discreto crecimiento del 3% en ingresos (del 6% en servicios de telecos, muy lejos de los dos dígitos altos de varios años atrás). “España es el mercado más competitivo de Europa; vive una situación competitiva compleja”. Se refería a los movimientos vividos especialmente en el bajo coste, con Telefónica apretando los dientes con O2 y bajando su tarifa móvil más barata por debajo de los 7 euros y su convergente por 30 euros. Esta última es en respuesta precisamente al movimiento de Lowi meses atrás. Y todos en respuesta a Digi, que fue quien retó al mercado colocando paquetes con su fibra en 20 euros.

Esa batalla es mucho más intensa en un segmento low cost que desde hace años concentra más de la mitad de las altas. Las grandes operadoras utilizan segundas y terceras marcas para evitar esa fuga de clientes a otras opciones, a costa de un cierto riesgo de canibalización. Este contexto se basa en un difícil equilibrio en las primeras enseñas: subir precios para reflejar el incremento de la inflación y de los costes -Vodafone ya tiene sus tarifas vinculadas al IPC y las subió automáticamente mientras Telefónica y Orange las incrementaron entre 1 y 3 euros este año- pero con ofertas para no perder pie comercial. Así, la dueña de Movistar plantea tímidos descuentos del 20% o 30% en algunos productos durante un trimestre, mientras que Orange hace lo propio con paquetes de fibra.

Mercado dual

A esa dualidad se refería el consejero delegado de Telefónica, Ángel Vilá, ante los analistas en la última conferencia de analistas del primer trimestre. “Es un entorno competitivo y dinámico y seguirá siendo competitivo y segmentado entre el premium y el coste medio-bajo, que es mucho más dinámico”, apuntaba. Y apostillaba: “No esperamos que esa segmentación y la competitividad del mercado cambien”. Para el otrora monopolio es una situación aún más desafiante, con presión en el bajo coste y con un grupo Másmóvil-Orange fuerte aunque también fuertemente endeudado. “Hemos estado en este tipo de situaciones antes y hemos visto consolidación entre jugadores antes”, aseguraba tratando de aflojar la presión.

Es cierto que habrá pocos cambios en la configuración de mercado. Seguirá habiendo un cuarto operador fuerte, con más herramientas para seguir acelerando. Digi contará con el arma de la opción del acuerdo mayorista con Orange-Másmóvil exigido por Bruselas para renegociar a la baja con Telefónica el pacto para el acceso a su red con mejores términos Pero irá pesando la deuda, a la que ha ido acudiendo para esas inversiones en infraestructura propia, para seguir desplegando. En los dos últimos años ha sumado tres líneas de crédito que sumaban 250 millones de euros -la última firmada en 2022 con un ‘pool’ de bancos liderado por ING con vencimiento en junio de 2027-.

El tercero en la partida es Vodafone. Y en el caso de la todavía filial del grupo británico habrá necesidad de crecer cuando el fondo Zegona tome el control. Éste puso de ejemplo la estrategia ejecutada en Euskaltel, donde apretó en el low cost, llegando incluso a construir una marca (Virgin Telco), y con descuentos relevantes. Ya los futuros dueños advirtieron que iban a engordar Lowi, con más televisión. Y se marcaron volver al crecimiento, pero con el reto de recuperar la rentabilidad tras pérdidas millonarias. Eso sí, nace con un importante peso en el balance y es la deuda con la que se ha financiado la adquisición -entre 300 y 400 millones en intereses anuales-.

¿La fusión de Orange y Másmóvil calmará la tensión comercial? Todos los ejecutivos que se han pronunciado confirman que no. La propia consejera de Vodafone Grupo, Margherita della Valle, aseguraba a mediados del año pasado ante los analistas para justificar su salida del mercado español: “¿Por qué vendimos? El mercado español está increíblemente fragmentado, con más de 70 marcas de retail, cinco infraestructuras de fibra, compitiendo en mismas ciudades y mismas regiones; es un mercado que requerirá más de una ronda de consolidación”. Con las concesiones exigidas por Bruselas, la configuración y la agresividad se podrían mantener.

Los pequeños y el mercado mayorista

Y mientras tanto, aguas abajo las piezas siguen moviéndose. Avatel sigue con el cartel de ‘Se Vende’ y podría adquirirlo un fondo de inversión que presionaría para hacerlo crecer y engordarlo. El resto de operadoras también analizan sus posibilidades, también la propia Telefónica. Por su parte, Finetwork sigue buscando el mejor operador mayorista con el objetivo de seguir pisando el acelerador -plantea alcanzar el millón y medio de clientes en 2024-. Y por si fuera poco, varios directivos de esta última han creado Silbö Telecom que busca alcanzar los 200 millones de ingresos en 2027 con una propuesta de bajo coste.

Como telón de fondo está también la batalla que se desatará en el mercado mayorista, con Digi buscando apretar las tuercas a Telefónica, Finetwork intentando mejorar cifras encontrando el mejor postor y con Vodafone con el firme objetivo de abrir sus redes y cambiar de estrategia tras años de un muro en este mercado. El año 2024 será la primera prueba de fuego para el mercado tras esta primera ronda de movimientos corporativos. Y todos los ‘jefes’ están preparados para mantener la tensión.

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