Las gafas de sol han pasado de ser el accesorio estrella del verano a serlo de prácticamente todo el año. Hasta en días nublados podemos ver a gente llevarlas, porque siempre añaden un toque a los looks en función de cómo sean. Pueden aportar glamour, elegancia, distinción o jovialidad, informalidad y originalidad. Además que para muchos son el escudo perfecto para pasar desapercibidos, de ahí que a su alrededor haya un pujante mercado formado por multitud de marcas.
No solo están las tradicionales que dominan el sector -Ray-Ban, Vogue, Oakley...-, también las que lanzan las propias marcas de moda para diversificar su producto, plagando el mercado de gafas de diferentes modelos. Y en España tenemos una pujante industria que se ha visto impulsada por los jóvenes emprendedores que en los últimos años se han lanzado a la piscina con nuevos proyectos en este segmento. Así, en los últimos años se han impulsado las ventas de productos ópticos en nuestro país. En 2016, el crecimiento fue del 4,3%, hasta los 720 millones, según el informe sectorial de DBK (filial de Cesce).
Quizá el ejemplo más representativo de esta nueva hornada de marcas de gafas sea Hawkers, la firma puesta en marcha por Iñaki Soriano, Pablo Sánchez, Alejandro y David Moreno, que desde que comenzase en 2013 a vender sus gafas por Internet ha logrado ser una de las marcas españolas más famosas y saltar al plano físico con tiendas en España e incluso en Roma. Un modelo de negocio basado en sus bajos precios -sus gafas no pasan de los 40 euros- y una agresiva estrategia de marketing y publicidad que ha logrado que estén en boca de todo el mundo pero que ahora no pasa por su mejor momento.
La empresa está en manos del empresario venezolano Alejandro Betancourt, su máximo accionista en la actualidad tras la inyección de 60 millones de euros que ha realizado desde su llegada en 2016. Sin embargo, en los últimos meses se ha producido una desbandada de ejecutivos de la cúpula de la empresa que a día de hoy la tienen sin consejero delegado. Recientemente ha acordado agrupar todas las filiales que tenía bajo la matriz, Play Hawkers, mientras estudia cómo ser más rentable, ya que hoy por hoy los gastos en publicidad 'se comen' la mitad de sus ingresos, lo que obstaculiza la salida de las pérdidas.
Pero hay vida más allá de Hawkers. En los últimos años la llama del emprendimiento ha empezado a prender en nuestro país y numerosos nuevos proyectos se han puesto -y se están poniendo- en marcha en diferentes ámbitos y sectores. La moda es uno de los más poblados, y en el segmento de las gafas de sol podemos encontrar diversas propuestas que, frente al estilo canalla y llamativo de Hawkers, proponen modelos más sofisticados y discretos. Igualmente, también prueban diferentes técnicas de producción o plasman diseños de autor totalmente inéditos.
Marcas para todos los bolsillos
Una de las más reconocidas y que se considera una de las principales competidoras de Hawkers es Mr Boho, que se fundó en el mismo año, también por cuatro amigos que siguen controlando la empresa -José Martínez, Diego Estrada, Daniel Alberola y Eduardo Jones- y también destaca por sus precios asequibles, aunque son más elevados que los de la primera -de media 60 euros por un par de gafas-. Esta startup se diferencia de la marca alicantina en que sus diseños son algo más clásicos y atemporales, lo que les dirige a un público diferente a Hawkers, menos pegado a las tendencias y más a la calidad.
Esta firma camina a un paso más lento pero parece que más seguro, porque acaba de alcanzar un acuerdo con el retailer Urban Outfitters para vender en sus tiendas de Estados Unidos sus gafas. Así, llegan a Estados Unidos de forma física antes que Hawkers, que lleva tiempo persiguiendo montar su primera tienda en Los Angeles. Además, Mr Boho ha anunciado que está buscando un socio minoritario que impulse su crecimiento y les permita multiplicar por cuatro su facturación de aquí a 2022. El pasado año cerró con una facturación de tres millones y presencia en 1.600 puntos de venta -1.000 en España y 600 en el extranjero-, los que combina con la tienda online.
Otra firma española que pisa cada vez más fuerte gracias a su presencia en redes sociales es Meller. En su caso, los precios están muy en la línea de Hawkers (sus gafas no superan los 40 euros), pero también apuesta por un diseño más clásico sin descuidar las tendencias. A diferencia de las anteriores, Meller vende también relojes, que tienen un precio medio de 70 euros. Esta firma fue puesta en marcha por tres emprendedores españoles que se encontraban en una aceleradora de empresas en Kuala Lumpur cuando se les ocurrió el negocio que pusieron en marcha cuando regresaron a su Barcelona natal. En 2016 cerraron con una facturación de seis millones de euros y para este año esperan añadir un producto nuevo a su catálogo.
Otro modelo de negocio que ha pegado fuerte gracias a Internet y las redes sociales es Northweek Sunglasses, una empresa levantada por Alex Huertas y Héctor Rey, los cuales con apenas 20 años se lanzaron a producir gafas de sol asequibles y originales. Empezaron costando 20 euros pero ya están por encima de 30 euros, la mayoría de las que tienen en su web. Están muy ligados al mundo del deporte y han patrocinado equipos de Moto 2, de ahí que pilotos como Alex Márquez y Tito Rabat hayan lucido las Northweek. Pero ahora han ido más allá y han lanzado una colaboración con una estrella mundial, el exfutbolista Ronaldinho. Con él han diseñado y lanzado las Northweek x Ronaldinho, un modelo polarizado pensado para hacer deporte al aire libre. Un lanzamiento que coincidió con el Mundial de Rusia y con el que esperan anotar un gol por toda la escuadra.
Un proyecto totalmente novedoso es el de TU IT, nombre que puede dar lugar a confusión pero que hace referencia a una firma de gafas de sol elaboradas de una forma muy diferente, pues están realizadas en madera extraída de árboles tropicales. La firma es de origen madrileño y produce de forma artesanal modelos que define como "únicos porque no hay dos árboles iguales". El hecho de que su elaboración sea tan particular eleva considerablemente los precios, pues se venden a partir de 150 euros. Si bien el modelo de negocio es totalmente diferente, pues va en línea con el movimiento 'slow fashion' que aboga por un sistema más sostenible, respetuoso con el medio ambiente y concienciado con la sociedad, primando la calidad sobre la cantidad.
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