Bélgica se prepara ya para que el príncipe Felipe suceda al rey Alberto II

  • El Gobierno de Bélgica ha comenzado hoy los preparativos de cara al próximo 21 de julio, día en que Alberto II abdicará en Felipe, su hijo primogénito, que ese día se convertirá en Jefe del Estado y en el séptimo rey de los belgas.

Elena Moreno

Bruselas, 4 jul.- El Gobierno de Bélgica ha comenzado hoy los preparativos de cara al próximo 21 de julio, día en que Alberto II abdicará en Felipe, su hijo primogénito, que ese día se convertirá en Jefe del Estado y en el séptimo rey de los belgas.

"Ese día, el sucesor constitucional, el príncipe Felipe jurará ante ustedes y será nuestro nuevo rey", dijo hoy el primer ministro, el socialista Elio di Rupo, en sendas comparecencias ante la Cámara y el Senado belgas, que dedicaron sesiones extraordinarias al anuncio de abdicación del rey Alberto II.

Precisó que "hoy ya se ha constituido un gabinete encargado de preparar el cambio de reinado y las ceremonias del 21 de julio".

Di Rupo subrayó también que la decisión del rey Alberto "merece el mayor de los respetos" y que ha sido una "decisión personal", al tiempo que lo calificó de "rey extraordinario" y con "grandes cualidades humanas".

Por su parte, los presidentes del Parlamento, André Flahaut, y del Senado, Sabine De Bethune, confirmaron también que el príncipe heredero jurará su cargo ese día ante las dos cámaras reunidas en sesión extraordinaria, según la Constitución del país.

La Carta Magna belga no prevé la abdicación del rey, pues únicamente ha habido un monarca, Leopoldo III -el padre de Alberto II-, que se decantó por esa posibilidad el 6 de julio de 1951 y fue sucedido por Balduino I.

El Gobierno belga ya ha decidido que el rey Alberto firme en el Palacio Real un acta de abdicación en el príncipe Felipe y que actúen como testigos la ministra de Justicia, los presidentes del Parlamento y del Senado, y el del Tribunal de Casación, según el diario Le Soir.

Las autoridades belgas aún tienen por resolver el nivel de la representación extranjera en esa ceremonia que será el día de la fiesta nacional de Bélgica y cuando se cumplen veinte años del reinado de Alberto II.

Tras el juramento del duque de Brabante ante el pleno de las dos cámaras que componen el Legislativo belga, se convertirá en Felipe I, rey de los belgas, y su esposa en la reina Matilde.

En ese momento Bélgica contará también con dos reyes, Felipe, y su padre, que a título de cortesía, será el rey Alberto, y tres reinas, Matilde, la esposa del nuevo monarca, y las reinas Paola y Fabiola, viuda de Balduino.

Igualmente y por primera vez en la historia de la monarquía belga, habrá una heredera, la princesa Elisabeth, hija mayor de Felipe y Matilde, ya que la Ley Sálica fue abolida en Bélgica en 1991 y con ella instaurado el derecho de reinar a las mujeres.

Elisabeth, de 11 años, será así la princesa heredera del trono belga, con lo que una fémina más se suma a la lista de futuras reinas europeas como ha ocurrido recientemente en Holanda, donde la heredera del rey Guillermo-Alejandro, es su primogénita, Catalina-Amalia, de 9 años.

Para esa jornada también se ha previsto un desfile militar, que se cerrará con fuegos artificiales frente al Palacio Real, en el centro de la capital belga.

A partir del día siguiente, Alberto -que se espera pase su jubilación entre Bruselas y su finca del sur de Francia- perderá el principio de inviolabilidad de los reyes, que recaerá en Felipe.

Con ello se abre un interrogante al respecto del escándalo que ha ensombrecido estas últimas semanas de su reinado, cuando Délphine Boel, de 45 años e hija de una examante de Alberto, la baronesa Sybille de Selys-Longchamps, ha reclamado vía judicial el reconocimiento de esa paternidad.

La abdicación de Alberto II, que pronunciará su último discurso oficial el 20 de julio, también ha dado paso a que desde algunos partidos políticos, en especial los nacionalistas flamencos, se reflexione sobre la preparación del sucesor y si es el momento de dar paso a una monarquía más protocolaria.

"Soy muy consciente de las responsabilidades que tengo. Seguiré empleándome con todo el corazón. Hasta el 21 de julio", dijo hoy el príncipe Felipe a la prensa durante un acto público en Amberes.

Di Rupo reiteró, por su parte, que "el príncipe Felipe está muy bien preparado para ser rey", y el ministro de Exteriores, Didier Reynders, incidió en esa opinión y agregó que el cambio puede ser positivo porque el rey estaba ya cansado para ciertos actos oficiales.

Reynders, en declaraciones a la radiotelevisión RTL, recordó que hace veinte años cuando Alberto II accedió al trono en sustitución del rey Balduino el sentimiento fue similar.

Otros políticos como el viceprimer ministro y responsable de Economía, Johan Vande Lanotte, subrayó que "nada permite dudar de su capacidad para reinar. Siendo rey, Felipe será otro hombre. La función, no lo olvidemos, hace al hombre".

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