Cae en almería una banda itinerante que recorría hasta 1.000 kilómetros para asaltar comercios


La Policía Nacional ha desarticulado en Almería una banda, formada por ciudadanos rumanos y búlgaros, que se desplazaba a otras partes de España para asaltar establecimientos comerciales. El grupo llegaba a recorrer 1.000 kilómetros en un día para dar un golpe en otra parte de la Península.
Según informó la Policía, se ha arrestado a 12 personas como integrantes de este grupo, que habría cometido, al menos, una docena de asaltos. Esta operación se enmarca dentro del ‘Plan Contra la Delincuencia Itinerante’ del cuerpo de seguridad que dirige Ignacio Cosidó.
Los arrestados tenían su base de operaciones en Vícar y Roquetas de Mar (Almería), donde cometieron algunos robos y desde donde se desplazaban de forma periódica hasta otras comunidades autónomas para ejecutar los asaltos.
La banda estaba perfectamente jerarquizada y contaba con una red logística de compatriotas suyos en diferentes provincias españolas. Los implicados disponían de equipos trasmisores para comunicarse entre ellos y de sofisticados inhibidores de frecuencia para anular los sistemas de alarma.
En los registros practicados se han intervenido numerosas joyas, armas, dinero, aparatos electrónicos y gran cantidad de herramientas con las que perpetraban los robos.
AYUDA DE COMPATRIOTAS
La investigación se inició el pasado mes de noviembre de 2014, tras el intento de robo a un establecimiento en la ciudad de Almería. A raíz de este hecho delictivo, los investigadores detectaron la existencia de un grupo perfectamente organizado y jerarquizado dedicado al robo en establecimientos comerciales integrado por ciudadanos de nacionalidades rumana y búlgara.
Los agentes averiguaron que eran dos los cabecillas encargados de decidir los objetivos a realizar mientras que otros miembros del grupo facilitaban información sobre el momento más propicio para la comisión de los robos.
La principal característica de este grupo era su enorme movilidad geográfica para llevar a cabo sus asaltos. Desde Almería se desplazaban de forma periódica al centro y al norte peninsular para ejecutar los asaltos. Posteriormente, para evitar ser detectados, regresaban a su lugar de residencia con el botín conseguido, que consistía fundamentalmente en dinero, joyas y aparatos electrónicos. Llegaban a realizar en una misma noche viajes de más de 1.000 kilómetros.
Actuaban de forma totalmente organizada y planificada ya que, a través de compatriotas suyos que se encontraban en diferentes puntos de la geografía española, recababan información sobre el objetivo a asaltar así como sobre las posibles vías de escape y las medidas de seguridad a adoptar para evitar la presencia policial o de posibles testigos.

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