Derivadas de las elecciones autonómicas

Cataluña vota por su futuro económico y testa la salud del pacto Sánchez-Iglesias

El 14-F arrojará un Parlament fragmentado, con hasta nueve partidos. El futuro Govern debería aprobar unos Presupuestos de urgencia, abordar la salida de la crisis y avanzar en el reparto de los fondos de la UE.

El Palau de la Generalitat, sede del Gobierno autonómico.
Cataluña vota por su futuro económico y testa la salud del pacto Sánchez-Iglesias
EFE

Más independentismo o cambio. Secesionismo, dentro de toda su gama cromática, o reencuentro. Las elecciones catalanas de este 14 de febrero apuntan a que el próximo Parlament será el más amplio de todas las cámaras autonómicas y, en consecuencia, el más inestable. En el horizonte se asoman dos escenarios posibles con un denominador común en ambos casos: los ciudadanos van a pedir al Parlament que llegue a pactos. Pero no es lo mismo que gobierne el bloque independentista, que parte con ventaja a tenor de los trackings de las últimas horas, a que lo haga Salvador Illa, el único candidato del espacio no soberanista con opciones de recuperar la Generalitat para el PSC. Entre medias se dibuja una jornada histórica, marcada por los EPI en las mesas electorales, y unas consecuencias impredecibles en este momento tanto para la estabilidad del Gobierno central como para la economía.

Incertidumbre es la palabra que mejor dibuja el panorama catalán a escasas horas de que se abran los colegios. La primera incógnita que habrá que despejar el domingo por la noche es saber si el independentismo suma. Si JxCAT, ERC y la CUP cuentan con 68 escaños todo apunta a que habrá un Govern del mismo corte del que salió de la anterior cita electoral tras la aplicación del artículo 155. El 'factor Illa', del que presumen en Moncloa, sólo habrá servido para que el PSC vuelva a sentirse ganador pero no para gobernar. Luego vendrá el juego entre ese triunvirato marcado por si son los postconvergentes o los republicanos los ganadores. Y si los de Junqueras ganan a los de Puigemont en escaños pero no en votos el problema será aún mayor. La CUP, como ya viene haciendo, se prepara para exigir sus condiciones a cambios de sus votos para la investidura.

Pero en caso de que el independentismo no sume, la partida es otra muy diferente. Habría que tener en cuenta, en este caso, si el PSC consigue sumar más síes que noes en una segunda votación, lo que incluye en la ecuación a los comunes de Jéssica Albiach, a Ciudadanos y Carlos Carrizosa y, por supuesto, al PP de Alejandro Fernández. Con Vox no cuentan. Esta alternativa, que pasaría por que Illa gobierne en minoría junto a los comunes, repitiendo el pacto del abrazo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias a la catalana, es a día de hoy algo remoto pero no descartable. 

Si los independentistas no suman se abriría la opción a un gobierno en minoría de Illa con los comunes, emulando el pacto del abrazo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias a la catalana

Un gobierno independentista tendría, sin duda, sus consecuencias en Madrid. Sánchez lo sabe y por eso el PSOE se ha volcado en la campaña, más si cabe a tenor del ascenso que los sondeos, el del CIS por ejemplo, otorgaba a JxCAT. Un Ejecutivo de Borràs, que al mismo tiempo que aspira a presidir la Generalit afronta una causa judicial por supuestos delitos de corrupción, o de otro candidato del entorno de Carles Puigdemont alteraría los planes de la coalición de socialistas y Unidas Podemos, en primer lugar, para impulsar ese "reencuentro" y, en segundo lugar, para mantener a ERC como socios parlamentarios de referencia. Una no victoria de los de Junqueras sobre Junts generaría un efecto impredecible en el apoyo que, hasta el decreto de los fondos europeos, ha prestado el grupo republicano en el Congreso al Gobierno, esencialmente aprobando los Presupuestos de 2021.

El lunes será, por tanto, un día de análisis en prácticamente todos los partidos. El PSC mejorará y Vox logrará entrar de forma histórica en la cámara. Su éxito, dependiendo de cuál sea, tendrá consecuencias directas en el PP. Si hay 'sorpasso' en Génova ya se empieza a hablar de posibles consecuencias para Pablo Casado y su dirección. Fernández es su candidato y lograr menos escaños que el partido de Santiago Abascal o acabar siendo una fuerza extraparlamentaria, como ha apuntado algún tracking interno, generaría serias dudas en el proyecto que salió de las primarias. El efecto Bárcenas, afirman los populares, les ha dinamitado la campaña.

En Ciudadanos también se la juegan este domingo. La formación que consiguió ganar en 2017 al independentismo perderá buena parte del 1,1 millón de votos que, según los últimos sondeos, van a parar esencialmente al PSC o a Vox. La duda es hasta donde caerá el equipo que lidera Carlos Carrizosa y si será decisivo a la hora de formar Govern. Tampoco está claro.

El panorama es incierto y la abstención será muy elevada, lo que hace que el resultado sea aún más difícil de estimar. Varios dirigentes nacionales de distinto partidos que han acudido estos días a hacer campaña en Cataluña comentan que "hay cero ambiente de elecciones" o que, incluso, perciben malestar por la decisión de celebrar los comicios. No ocultan en ningún partido, por cierto, que la repetición electoral sea una realidad en mayo o junio ante la imposibilidad de formar gobierno.

No ocultan en ningún partido en liza que la repetición electoral sea una realidad en mayo o junio ante la imposibilidad de formar gobierno.

En clave económica, las elecciones en Cataluña deben dar paso a un Govern que gestione la salida de la crisis, que reparta los fondos europeos y que, si no es independentista, encare la operación retorno de las compañías que cambiaron su sede social por el 1-O. Los empresarios es lo que buscan: moderación y trabajo conjunto. Así se ha expresado el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre: "La situación económica necesita urgentemente un Govern que centre sus esfuerzos en levantar económicamente el país".

"Habrá que devolver a la política su verdadero sentido, tan sencillo como procurar que las personas se puedan ganar la vida y mantener la cohesión social. Para ambas cosas hay que buscar la máxima mayoría parlamentaría para orientar la política económica de manera consensuada y evitar al máximo debates estériles inoportunos en una situación dramática", ha añadido. "No todos vemos del mismo modo lo que hay que hacer para superar esta situación, como es lógico en una sociedad plural. Pero la situación es tan grave que el Govern solo reencontrará la confianza de la sociedad si es capaz de liderar grandes acuerdos que puedan incluir a la gran mayoría de ciudadanos", concluye en un artículo en El Periódico.

Donde no hay sintonía es en la relación entre los grandes empresarios y JxCAT, lo que anticipa que si gobiernan los postconvergentes el día a día será tenso. Sólo hace falta leer el programa de la formación para conocer cuál es el proyecto de Laura Borràs y los suyos. Un ejemplo se encuentra en la promesa 45: "Promover la nueva Ley de Contratación Pública para disponer de unos servicios públicos más eficientes y de calidad, simplificando los procesos, dotando de mayor autonomía a su funcionamiento y eliminando la contratación de empresas del Ibex 35". Y añade: "Minimizar la dependencia respecto de los poderes españoles que actúan a través de las compañías del Ibex 35 en la provisión de todo tipo de servicios estratégicos y especialmente los financieros, energéticos o de comunicación".

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