En el Likud de Netanyahu expresan "decepción" por la elección de Obama

  • La reelección del presidente Barack Obama en las elecciones estadounidenses ha arrastrado una inmediata ola de reacciones en círculos políticos israelíes, donde es notoria la división sobre cómo su segundo mandato afectará a Israel.

Jerusalén, 7 nov.- La reelección del presidente Barack Obama en las elecciones estadounidenses ha arrastrado una inmediata ola de reacciones en círculos políticos israelíes, donde es notoria la división sobre cómo su segundo mandato afectará a Israel.

Frente a la postura oficialista y reconciliadora del primer ministro, Benjamín Netanyahu, y del ministro de Defensa, Ehud Barak, que han felicitado al vencedor y expresado su voluntad de seguir trabajando con él, no escasean los que expresan abiertamente o de forma confidencial su "preocupación" y "decepción".

"Obama no es bueno para Israel y nuestro temor es que ahora empiece a ejercer presiones sobre Israel para que haga concesiones, debido a las frías relaciones entre él y Netanyahu", dijo a la edición electrónica del Yediot Aharonot un alto dirigente del partido nacionalista Likud.

Sin identificarse para no comprometer a su primer ministro, otro diputado que abiertamente había expresado su apoyo a Mitt Romney -no escasearon en la derecha israelí estos últimos meses-, se lamentó del resultado pero consideró que "a pesar de la decepción estoy convencido de que ambos trabajarán juntos".

Un tercero se atrevió a decir, esta vez con nombre y apellido, Dani Danón, la que parece ser la postura generalizada de la derecha israelí, que "no se puede confiar" en este presidente de EEUU.

"Israel no se doblegará ante Obama. No tenemos en quién confiar más que en nosotros mismos", afirmó el diputado, considerado en muchas ocasiones trompetilla del jefe del Gobierno en declaraciones que no puede hacer por sí mismo.

El propio primer ministro se limitó a difundir un escueto comunicado en el que felicitaba al vencedor y expresaba su disposición a trabajar con él.

"La alianza estratégica entre EEUU es Israel es más fuerte que nunca. Seguiré trabajando con el presidente Obama para garantizar los intereses que son vitales para la seguridad de los ciudadanos israelíes", notificó.

El diario Israel Hayom, de la esfera de Netanyahu, insinúa que ahora que ha sido reelegido Obama, el anterior jefe de gobierno Ehud Olmert correrá a Washington para sacarse una foto con él, y aspirar con ella a su propia reelección en los comicios israelíes del 22 de enero.

Olmert, que dimitió en 2008 por sospechas de corrupción de las que por ahora va saliendo airoso, aún no ha decidido sus pasos.

Las tensas relaciones entre Netanyahu y Obama, sólo suavizadas en los 18 meses anteriores a las elecciones, son un secreto a voces que no han pasado desapercibidas ni dentro ni fuera de Israel.

"Ahora que ha sido reelegido, Netanyahu tendrá un problema que no podrá ocultar más", consideró el diputado laborista Itzhak Herzog, para quien en los próximos cuatro años "no habrá una relación íntima entre los dos mandatarios que pueda ser vital en momentos decisivos" para Israel.

Por el contrario, el ministro de Defensa, Barak, que encabeza el partido Atzmaut, en el Gobierno, se sumó a las felicitaciones y se mostró convencido de que la nueva-vieja administración estadounidense "continuará su política, de la que la seguridad de los israelíes es uno de sus pilares fundamentales".

En un comunicado asegura que EEUU "continuará sus esfuerzos para afrontar los retos que todos tenemos por delante en la región", eufemismo con el que los líderes israelíes se refieren al programa nuclear de Irán, "mientras trata de hacer avanzar el proceso de paz" con los palestinos.

Pero reconoce la existencia de profundas divergencias personales entre los dos dirigentes al decir que "en la tradición de las profundas relaciones de amistad (entre los dos países) y con el trasfondo de las experiencias acumuladas con Obama será posible superar cualquier diferencia, si es que surgen".

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