Francia probará la etiqueta 'verde' en mil productos

  • La medida, en la que participan 168 empresas, arrancará en el mes de julio.
Sara Acosta

Tipo de ingredientes, número de calorías, y a partir de julio, emisión de dióxido de carbono, consumo de agua e impacto en la biodiversidad serán otros elementos que figurarán en la etiqueta de multitud de productos agroalimentarios en Francia. El Ministerio de Ecología ha dado esta semana un paso más hacia la etiqueta medioambiental que marcará el impacto ambiental de la fabricación de productos.

La titular de esta cartera, Nathalie Kosciusko-Morizet, presentó el martes algunos de los modelos en los que se está trabajando y que acompañarán hasta 1.000 productos, durante la fase de experimentación de la medida, que arrancará en julio y durará todo un año. Un total de 168 empresas de multitud de sectores se han sumado a la fase piloto, conscientes de que representa un buen imán para el consumidor. Alimentación, ropa, electrónica, muebles y limpieza son algunos de los productos que se sumarán a la iniciativa.

Se trata de seguir la exitosa huella de la etiqueta energética que discrimina los electrodomésticos en función del despilfarro energético por categorías, de la A (el más eficiente) hasta la G (el más derrochador). Según cálculos del Ministerio de Ecología, en 1995 hasta el 75% de los consumidores galos compraba electrodomésticos entre la G y la D.

Hoy, casi ninguna compra se sitúa por debajo de la letra D. El experimento también quiere servir para"reforzar la competitividad de los productos franceses de calidad y fabricados localmente", ha explicado Kosciusko-Morizet. En este sentido, ¿qué es mejor, comprar tomates bio en invierno procedentes de Marruecos o esperar a adquirir productos nacionales de temporada? A este tipo de preguntas quiere el Ejecutivo que responda el consumidor, el cual, según multitud de encuestas, es cada vez más sensible al respeto del medio ambiente.

El año de fase de experimentación servirá además para dar una forma definitiva a la etiqueta medioambiental, ya que por el momento, cada marca ofrecerá la suya, lo que podría resultar confuso para el consumidor, que terminaría por no leer información farragosa y a veces incomprensible.

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