Japón y Corea del Sur piden una respuesta contundente al cohete norcoreano

  • Corea del Sur y Japón condenaron hoy duramente el lanzamiento de un cohete norcoreano de largo alcance y pidieron una respuesta contundente de Naciones Unidas contra el régimen comunista, al que acusaron de poner en peligro la paz y estabilidad en la región.

Maribel Izcue

Tokio, 13 abr.- Corea del Sur y Japón condenaron hoy duramente el lanzamiento de un cohete norcoreano de largo alcance y pidieron una respuesta contundente de Naciones Unidas contra el régimen comunista, al que acusaron de poner en peligro la paz y estabilidad en la región.

Ambos países recibieron en máxima alerta la noticia del lanzamiento norcoreano, que se produjo a las 07.39 hora local (22.39 GMT del jueves), desde la base norcoreana de Tongchang-ri (noroeste de Corea del Norte) y terminó en un sonado fracaso para Pyongyang, al caer el proyectil al Mar Amarillo.

Tanto el Gobierno de Tokio como el de Seúl, aliados de EEUU, criticaron con contundencia a su vecino asiático por llevar adelante el lanzamiento, pese a que buena parte de la comunidad internacional le había instado a desistir de ello, al considerarlo un ensayo encubierto de un misil balístico.

"Es inaceptable y un grave acto de provocación", dijo el primer ministro japonés, Yoshihiko Noda, durante una sesión en el Parlamento nipón, cuya Cámara Baja aprobó una resolución de condena al lanzamiento norcoreano.

El Gobierno japonés aseguró que hablará con otros países, entre ellos EEUU, Corea del Sur, China y Rusia, para pedir al Consejo de Seguridad de la ONU "acciones apropiadas" contra el régimen norcoreano, que ya está sujeto a sanciones por anteriores pruebas balísticas y nucleares.

Corea del Sur -en guerra técnica con el Norte después de que el conflicto que las enfrentó entre 1950 y 1953 terminara sin un tratado de paz- acusó a su vez abiertamente a Pyongyang de lanzar lo que "de facto" es un misil de largo alcance disfrazado de satélite.

"El lanzamiento es una clara violación de la resolución 1874 del Consejo de Seguridad de la ONU, que prohíbe cualquier lanzamiento que use tecnología de misiles balísticos", aseguró el Gobierno surcoreano en un comunicado.

También advirtió de que el régimen de Pyongyang debe ser considerado responsable de haber llevado a cabo el controvertido lanzamiento pese al llamamiento de la comunidad internacional para que lo cancelara.

Además, Seúl arremetió contra el Norte por invertir "enormes recursos" en su desarrollo nuclear y balístico mientras ignora las "urgentes" necesidades de su población, que padece una escasez crónica de alimentos.

Según cálculos de la Inteligencia surcoreana, el lanzamiento del cohete podría haber costado unos 850 millones de dólares a la maltrecha economía de Corea del Norte, un país sumido en el aislamiento y dependiente en gran parte de la ayuda humanitaria para alimentar a sus 24 millones de habitantes.

Tras el lanzamiento de hoy, que sigue a uno similar efectuado en 2009 y que fue considerado un éxito por Pyongyang, Corea del Sur ha señalado que estudia "medidas exhaustivas" contra las amenazas norcoreanas, mientras que Japón no descarta aplicar nuevas sanciones.

El gobierno tokiota inició el bloqueo de las relaciones comerciales con Corea del Norte en 2006 a raíz, precisamente, de una prueba balística con un proyectil lanzado en dirección al Mar de Japón.

Además de posibles nuevas sanciones, portavoces del Gobierno nipón indicaron, en una rueda de prensa, que las autoridades "se mantienen vigilantes" ante la posibilidad de que Pyongyang efectúe próximamente una prueba nuclear, tal y como ocurrió en 2009 tras un ensayo de un cohete similar al de hoy.

En Japón, la alerta por lanzamiento norcoreano se tradujo en el despliegue de sistemas antimisiles en Tokio y las vecinas provincias de Saitama y Chiba, además de en la provincia sureña de Okinawa, ante la posibilidad de que el cohete la sobrevolara.

Además, las Fuerzas de Auto Defensa niponas habían posicionado tres navíos destructores en las costas orientales y preparado cazas F-15 de apoyo ante la eventual necesidad de derribar el proyectil.

Un portavoz del Gobierno aseguró en una rueda de prensa que las medidas eran las adecuadas ante la amenaza norcoreana: "Cualquier otro país en nuestra situación hubiera hecho lo mismo", aseguró.

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