Para evitar problemas a Felipe VI

Juan Carlos I, un adiós anunciado

Pone tierra de por medio tras verse salpicado por el presunto cobro de comisiones que habría recibido a partir de un contrato internacional con Arabia Saudí a través de una cuenta en Suiza.

Por la fortuna del Rey Emérito
Juan Carlos I, un adiós anunciado.

Un avión trasladó ayer, 3 de agosto de 2020, a don Juan Carlos de Borbón y Borbón a un exilio voluntario en el extranjero en un intento por apartar a la Corona y a Felipe VI de sus cuitas con la Justicia. El rey emérito ha abandonado el país presionado por dudosos asuntos económicos, presuntos cobros de comisiones por el AVE a La Meca y supuestas entregas de dinero a la ciudadana alemana Corinna Larsen, con la que ha mantenido una estrecha relación personal. Don Juan Carlos plasmó en una carta enviada a su hijo sus intenciones de salir de España "ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada" que le han hecho escuchar en los últimos tiempos terminos como fraude fiscal y blanqueo de capitales y por los que está en el foco de la Fiscalía.

El abandono del rey emérito del país recién arrancado agosto, mes de vacaciones por excelencia, y con la nación sacudida por la pandemia del coronavirus ha sido repentino pero esperado en círculos políticos que barajaban esta opción como una salida a su figura pública. En los centros de decisión del Estado veían con preocupación cómo los comentarios sobre el padre de Felipe VI comenzaban a perjudicar de forma directa a la Casa del Rey al mismo tiempo que empezaba a moverse en las calles cierto sentimiento antimonárquico auspiciado desde dentro del propio Ejecutivo por el vicepresidente, Pablo Iglesias, y su formación Unidas Podemos.

El propio monarca abdicado era consciente de la situación al extremo de reconocerlo en la misiva enviada a su hijo: "Mi más absoluta disponibilidad para contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones, desde la tranquilidad y el sosiego que requiere tu alta responsabilidad. Mi legado, y mi propia dignidad como persona, así me lo exigen. (...) Ahora, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, te comunico mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España".

La llegada del que será Rey

Hace casi 72 años, el 8 de noviembre de 1948, Juan Carlos de Borbón y Borbón pisó por primera vez territorio español. Vestía traje de chaqueta con pantalón corto, ligeramente por encima de las rodillas, calcetines altos, zapatos de cordones, corbata oscura y pañuelo en el bolsillo superior de la americana. De su hombro derecho colgaba una cartera y entre sus manos llevaba una carpeta gruesa con papeles. Tenía solo 10 años, era un niño y solo conocía España por los libros y por las enseñanzas de sus padres, exiliados como toda la Familia Real tras la proclamación de la Segunda República. Juanito -como se le conocía entonces- llegó a la Península en tren junto a su hermano menor Alfonso para estudiar y formarse en suelo español. La entrada de los dos borbones fue posible tras el acuerdo alcanzado entre el dictador Francisco Franco y el heredero al trono, don Juan, padre del chico espigado de los rizos de oro.

Ese día marcó la primera huella para la reinstauración de la Monarquía, aunque en aquel momento nadie -puede que ni siquiera los regios más nostálgicos- daba un duro por esa carambola. La suerte para la dinastía borbónica estaba echada pero la continuidad monárquica dependía de apartar a don Juan de sus ambiciones por la corona. Fue Franco quien decidió unilateralmente la designación de Juan Carlos como su sucesor a título de Rey en el mes de julio de 1969. El Príncipe de España juró guardar y hacer guardar las Leyes Fundamentales del Reino y los principios del Movimiento Nacional. Muerto el dictador y coronado Rey de España don Juan Carlos impulsó el cambio silencioso de un régimen autoritario a otro de libertades con la formación de un Gobierno presidido por Adolfo Suárez González que gestó la Ley de Reforma Política que apartaba a las Cortes franquistas del escenario y marcaba un nuevo rumbo hacia la democracia de la mano de una monarquía constitucional.

De jefe del Estado (interino) a Rey de España

Juan Carlos I ha reinado más de 39 años, desde el 22 de noviembre de 1975 (dos días después de la muerte de Francisco Franco) al 19 de junio de 2014, fecha en la que abdicó. No obstante, el joven Príncipe asumió la jefatura del Estado de forma interina en dos ocasiones -del 19 de julio al 2 de septiembre de 1974 y del 30 de octubre al 20 de noviembre de 1975- por las enfermedades que aquejaban al dictador y que terminaron provocando su fallecimiento. En esos momentos, las relaciones del Príncipe con determinados círculos del franquismo y de la familia del dictador eran difíciles. Don Juan Carlos sabía que su coronación podía ser inminente mientras que los defensores mas recalcitrantes del régimen temían las verdaderas intenciones del que estaba llamado a ser Rey. No se equivocaban.

Borbón frente a Borbón: el duelo dinástico

La coronación de Juan Carlos I no estuvo exenta de polémica entre los legitimistas monárquicos que apoyaban el acceso al trono de don Juan, hijo de Alfonso III y padre de Juanito, al que le correspondía por legado. Don Juan siempre anheló ser rey; de hecho conversó en numerosas ocasiones con Franco con el objeto de obtener su gracia. Pero Franco ya había decidido. Don Juan tensó su relación con don Juan Carlos pero acabó renunciando a sus derechos dinásticos en 1977. El Conde de Barcelona fue enterrado como rey en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y, durante su sepelio, don Juan Carlos y doña Sofía mostraron su dolor con lágrimas por la pérdida del hijo y padre de rey que nunca reinó.

La Constitución y el golpe de Estado

España había cambiado de régimen. La Constitución de 1978 recogía el camino a seguir e incluía la protección de la figura del Rey: Art. 56.3.- "La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad". Don Juan Carlos fue una pieza fundamental en los primeros años de su reinado en el desarrollo democrático del país así como en la consolidación del mapa autonómico en una España diversa en la que hoy todavía hay piezas que no acaban de encajar con normalidad.

El 23 de febrero de 1981 el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero fue la cabeza visible -y televisada- de un intento de golpe de Estado que no llegó a cuajar al no sumarse al levantamiento la gran mayoría de las capitanías del Ejército. El 'tejerazo' -que interrumpió la votación de Leopoldo Calvo Sotelo como presidente de Gobierno en sustitución de Suárez- fue uno de los grandes tropiezos de la Transición, atenazada en esos momentos por los asesinatos de ETA, y en su desenlace fue pieza clave don Juan Carlos, que pidió grabar un mensaje para que fuese emitido en todo el país por televisión en el que exigía a sus compañeros de armas regresar a los cuarteles y deponer su actitud. La Zarzuela vivió esa noche sobresaltada y el entonces príncipe Felipe fue testigo de los hechos.

El Rey que abdicó

En junio de 2014 sonaban tambores de cambio en las redacciones de algunos periódicos y en los despachos de pesos pesados de la política. Don Juan Carlos estaba delicado de salud y arrastraba además desde hacía dos años el que iba a ser el gran problema personal de su reinado: una cacería de elefantes en 2012 en Botsuana en la que sufrió un accidente rompiéndose la cadera. Junto a él estaba Corinna Larsen. La situación del Rey obligaba a comunicar lo sucedido al Gobierno y aconsejaba el traslado inmediato a la Península para poder ser intervenido con todas las garantías. Era el primer peldaño en su descenso del trono. Días después, un congestionado monarca pronunciaba ante los periodistas que aguardaban a las puerta del hospital una frase que ha quedado para la Historia: "Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir".

Don Juan Carlos aguantó la presión mediática y política durante algunos meses, aunque finalmente tomó la decisión salomónica de entregar la corona a su hjo Felipe VI. "He decidido poner fin a mi reinado y abdicar la corona de España". Era el 19 de junio de 2014.

Ayer, don Juan Carlos no durmió ya en territorio español: "He sido Rey de España durante casi cuarenta años y, durante todos ellos, siempre he querido lo mejor para España y para la Corona". La Historia y la Justicia juzgarán.

Mostrar comentarios