Ketty garat: “bajo las alfombras del congreso más que polvo hay basura”


La periodista Ketty Garat (1982) afirma que “bajo las alfombras” del Congreso de los Diputados “más que polvo hay basura, como la compra de votos” entre el Gobierno y los partidos de la oposición que se produce en cada proceso de negociación de los presupuestos generales del Estado, sobre todo cuando el primero no goza de mayoría absoluta.
De ello habla en una entrevista concedida a Servimedia, y de lo que profundiza en su libro “Bajo las alfombras del Congreso” (Editorial Planeta, 2012), donde Garat destripa algunos de los acontecimientos informativos más relevantes de la última legislatura, y algunos también más íntimos y menos conocidos, vividos en primera persona.
De su investigación periodística para la redacción de su ensayo, afirma haber hallado bajo las alfombras del Congreso “más que polvo, basura; he encontrado basura y muchos motivos para la indignación ciudadana, como por ejemplo cómo se compra el voto en el Congreso”.
Sobre este particular, revive la escena protagonizada por el exportavoz socialista en el Congreso José Antonio Alonso y el entonces portavoz de Unión del Pueblo Navarro (UPN) Carlos Salvador durante la primera votación de los presupuestos del Estado tras la ruptura del pacto entre el PP y UPN, que Garat ve como un ejemplo de “compra de voto tradicional”.
“Alonso le dice (a Salvador): ‘tienes cuatro millones’ y entonces Carlos Salvador le responde: ‘ya serán seis ‘, y Alonso le contesta: ‘vale, seis, pero repártelos tú entre tus enmiendas’”, según el relato que hace Garat.
Levemente decepcionada, Garat reconoce que cuando inició su actividad como periodista parlamentaria esperaba del Congreso “algo un poco más elegante, un escenario más exquisito, con alfombras milenarias, pero no un mercado en el que se negocia el voto con dinero y en el que, además, se grita el precio del voto como si fuera el precio de los melones”. “Luego salen los nacionalistas congratulándose porque nunca han conseguido tanto por tan poco”, y esos son los entresijos.
Garat aclara que “Bajo las alfombras del Congreso” no es un libro solo crítico con el Congreso, “es un libro en el que debajo de cualquier alfombra te puedes encontrar cualquier objeto valioso que hayas perdido y que no encuentras, o también la explicación de una polémica que no murió antes de ser explicada, de que la conociéramos los propios periodistas”
Pero también, agrega, “te puedes encontrar una cierta moderación de ciertas personas cuya fama les precede” y cita el caso de Alfredo Pérez Rubalcaba: “Yo relato en algunos capítulos que pueden sorprender a algunos y cuyo protagonista es Rubalcaba, que es el malo malísimo para muchos en política, el ‘Maquiavelo’, según le definen algunos compañeros de partido, pero que no siempre ha sido el más malévolo”.
Preguntada por si los periodistas, como ha hecho recientemente el Rey, deben también pedir perdón en ocasiones, Garat responde que “por supuesto”. En este sentido, recuerda que en su día pidió excusas por el contenido de un vídeo “en el que hablaba de (María Teresa) Fernández de la Vega cuando durante tres meses a mí no me permitió preguntar en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, después de que lo hiciera de forma habitual”.
Tras aclarar que sobre el fondo de aquella denuncia periodística “no tengo que dar ninguna disculpa, porque lo cierto es que padecí esa censura durante tres meses, en la forma me equivoqué y lo explico en el libro”.
Por otra parte, no ve mal el uso periodístico de lo que se conoce como “micrófono abierto”, en el que una personalidad expresa algo creyendo que lo hace en la intimidad, y señala que no siempre estas situaciones son tan “accidentales” como parece. “Bono ha tenido exabruptos enfrente de las cámaras, a un metro, viendo el piloto en rojo y curiosamente llamando ‘hijos de puta (sic)’ a los compañeros de su partido”.
A su juicio, “en ocasiones los políticos se aprovechan de los micrófonos abiertos y hacen como que no saben que les están grabando, pero quieren que se sepa lo que dicen, dando la apariencia de que no sabían que le estaban grabando”. “Eso en el Congreso ha sucedido muchas veces”, asegura.
Y aunque advierte de que “no todo vale en el periodismo parlamentario ni en ningún otro tipo de periodismo, también es verdad que cuando para obtener información el periodista se encuentra con el blindaje o el encorsetamiento excesivo, en cierto modo se rebela, y si un presidente del Gobierno jamás comparece ante los medios para dar explicaciones y la prensa intenta compensar esa circunstancia para obtener declaraciones en los pasillos del Congreso, no sólo entiendo que lo hagan, y yo lo hago, entiendo incluso que lo acompañen hasta la puerta del Parlamento y si no quiere, que no dé explicaciones, pero creo que la misión del periodista es intentarlo”. Frente a eso, lo que llama “infoxicación”, un exceso de información que también puede anular al periodista.
Ketty Garat se licenció en Periodismo en la Universidad Rey Juan Carlos I (URJC). Ha trabajado en la Agencia de Noticias Servimedia, en la Cadena Cope, en Popular TV y Libertad Digital. Actualmente, ejerce como periodista parlamentaria y tertuliana de actualidad política.

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