¿Quién duda de que Hacienda somos todos? Vistas las cifras de fraude fiscal, todo el mundo. Ahora bien, ¿quién duda de que Hacienda deberíamos ser todos? Nadie. No falla el eslogan, pues, falla su aplicación.
"Hacienda somos todos" cumple los requisitos de un buen lema. Es conciso, simple, fácilmente perdurable… además, responde a la verdad. O, perdón, a lo que debería ser la verdad.
Lástima que los contundentes datos del fraude fiscal en España conviertan el brillante eslogan del Gobierno en un sarcasmo doloroso. Según el informe El avance del fraude en España durante la crisis, más de 253.000 millones (un cuarto de la riqueza nacional) escapan al control de las autoridades fiscales.Un fuerte componente cívico
Los españoles soportan con resignación esta descarada desigualdad en el cumplimiento de las obligaciones ciudadanas más básicas. Esto explica también la aparente apatía con que se ha recibido las palabras de la abogada del Estado en su alegato por el archivo de la acusación de la infanta Cristina. Ha remarcado la letrada que el Tribunal Supremo "limita el alcance de la frase 'Hacienda somos todos' al ámbito en el que nació y para el que se dirigió: la publicidad". Y remacha: "No el judicial, sino la publicidad".Ay, Berlanga... Lo que te estás perdiendo... 😂😂😂😂😂😂😂 Madre mía... QUÉ PAÍS 😂😂😂😂😂😂😂#Noos#Hacienda#Infantapic.twitter.com/oBJ92ruxg5— Juan Miguel Garrido (@Juanmi_News) enero 11, 2016
Ya lo sabíamos, pero se agradece que la abogacía del Estado despeje cualquier duda con ocasión del caso Nóos. Lo ha hecho casi tan bien como este cachondo vídeo que se hizo viral hace un par de años.
Siempre he pensado que el eslogan 'Hacienda somos todos', más que publicitario, contiene un fuerte componente cívico. De tal suerte que quien no cumple con Hacienda no cumple con sus conciudadanos. Se transforma, por decirlo de algún modo, en un gorrón.
Pero cuando este gorrón vive además a cuerpo de rey, expresión más que apropiada en el caso de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, además de gorrón es algo mucho peor que por decoro omito ahora plasmar por escrito.
No soy leguleyo. Es probable que no capte con el debido rigor jurídico la expresión de la abogada del Estado en su defensa de Cristina de Borbón. Pero creo que con defensores así la infanta no necesita jueces que la condenen.
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