La representante especial de la ONU para los Niños en los Conflictos Armados, Radhika Coomaraswamy, advirtió a las fuerzas leales al dictador Muamar el Gadafi y a los rebeldes de que el reclutamiento y el empleo de menores de edad como combatientes puede suponer un crimen de guerra.
La diplomática ceilanesa indicó que ha recibido denuncias sin confirmar procedentes de grupos de derechos humanos, la prensa y testigos de que niños han participado en los combates que se libran en el país magrebí, en los que algunos de ellos han resultado muertos y heridos.
"Le recuerdo al Gobierno de Libia, las fuerzas gubernamentales y a los grupos de la oposición que están obligados por el derecho internacional a proteger a los menores durante los combates y que el reclutamiento y uso de niños puede constituir un crimen de guerra", señaló Coomaraswamy en un comunicado de prensa.
Al mismo tiempo, aseguró que las Naciones Unidas siguen muy de cerca el desarrollo de la crisis en Libia, que -según dijo- se ha cobrado un alto precio entre la población infantil del país.
Las tropas leales a Gadafi mantuvieron hoy su intensa ofensiva sobre la zona controlada por los rebeldes libios, que volvieron a reclamar la ayuda de la comunidad internacional para acabar con la muerte de civiles.
Las fuerzas gadafistas lanzaron un ataque por tierra y aire sobre el enclave petrolero de Ras Lanuf, a unos 350 kilómetros al oeste de Bengasi y cuyas instalaciones contienen peligrosos depósitos, que, en caso de explotar, podrían causar un desastre de proporciones difíciles de calcular, según la cadena catarí Al Yazira.
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