Este año caen las inversiones reales

Ayuso acumula casi 2.000 millones de déficit ante Cataluña en la era Sánchez

La dotación territorializada de los dos Presupuestos socialistas marcan una diferencia claramente a favor de Cataluña y sirven para 'justificar' la cruzada política que Isabel Díaz Ayuso mantiene contra Moncloa.

Isabel Díaz Ayuso
Madrid acumula casi 2.000 millones de déficit ante Cataluña en la era Sánchez.
Europa Press

El agravio comparativo que se ha generado en las inversiones reales de los dos presupuestos planteados hasta ahora en la legislatura de Pedro Sánchez deja un déficit de casi 2.000 millones de euros para la Comunidad de Madrid frente a Cataluña, una cifra que se hubiese acrecentado en 800 millones más si se hubieran aprobado las cuentas del Estado para 2019, en las que también se favorecía en este cómputo a los catalanes. Esa es la cuenta que ha levantado todas las alarmas en el feudo de Isabel Díaz Ayuso, que ve una cruzada contra su gestión orquestada desde el Gobierno central y en la que salen beneficiadas las autonomías más cercanas a los socialistas, incluidos los gobiernos soberanistas del País Vasco y Cataluña.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se pone siempre la venda antes que la herida a la hora de evaluar este tipo de inversiones reales territorializadas, máxime si se trata de comparativas con la Comunidad de Madrid, dado el arrastre de inversión no regionalizable que siempre se lleva la capital de España. El propio proyecto de Presupuestos advierte que son datos cuya “interpretación” debe hacerse con “enorme cautela”, pero si echamos la vista a los Presupuestos planteados en los poco más de dos años  lleva Sánchez en Moncloa tras ganar las últimas elecciones, la apuesta por Cataluña ha sido muy clara, sobre todo frente a Madrid.

El cómputo global de este año, con 13.007 millones de euros en inversión real para todas las CCAA es un 5,8% más que hace doce meses, un incremento porcentual muy similar al que recibe Cataluña, con 2.230 millones comprometidos. Pero en el caso de Madrid no es así: la cifra se queda en 1.151 millones para el año que viene, un 4% por debajo de lo previsto en los Presupuestos anteriores. Las partidas para invertir previstas para el año que viene en la comunidad capitalina están incluso por debajo de los 1.249 millones que se contabilizaban en los presupuestos para el año 2019, que nunca pudieron ser aprobados porque ERC se echó para atrás a última hora.

Equiparables al peso del PIB

Precisamente fue en ese proyecto de cuentas públicas para 2019, las primeras que planteaba Sánchez tras la moción de censura, en las que se dio el gran salto para Cataluña, con un aumento de casi 800 millones en la dotación prevista, hasta alcanzar los niveles que se han mantenido en los dos presupuestos siguientes, el que se aprobó el año pasado y el que se espera tener listo a finales de este año. Desde ese año quedan por liquidar, además, los 200 millones que se derivan de la sentencia del Supremo que obliga a que las inversiones reales del Estados sean equiparables al peso que la economía catalana tiene en el PIB nacional, que está en el entorno de 19% desde los últimos años. Las inversiones de 2022 estarán ya en torno al 17,2% del total, de forma que se acercan a ese nivel.

Lo paradójico de esta comparación es que Madrid ha superado en los tres últimos ejercicios por apenas unas décimas al peso de Cataluña en el PIB, como poco más de ese 19%, hasta el punto de quitarle el trono de primera región económica de España. Pero si hacemos la cuenta de las inversiones reales que se comprometen con la comunidad que preside Díaz Ayuso para 2022, la cuenta queda peor: los 1.151 millones del año que viene apenas son el 9% de todo lo que se reparte entre las CCAA en ese tipo de operaciones.

Como justificación desde el Ejecutivo siempre se ha advertido que Madrid, como centro administrativo del Estado y sede del Gobierno, y con una estructura radial de carreteras y ferrocarriles, además del aeropuerto de Barajas y otras grandes infraestructuras, siempre se ha beneficiado de forma indirecta de muchas de las obras e inversiones que se realizan en otros lugares del país, sobre todo de los que no son singulares ni específicos de una zona concreta. El problema es que es imposible calcular ese beneficio, sobre todo con una diferencia tan amplia entre las cifras de las dos autonomías que más fuerza económica tienen en España.  

Mostrar comentarios