Cuando hace apenas dos semanas España empezaba a retomar los bailes, las copas y los conciertos en la mayoría de comunidades, ha tenido que volver a 'parar la música' por los nuevos toques de queda implantados en Cataluña, Cantabria, Valencia y los cierres nocturnos en otras autonomías como Asturias. La quinta ola está arrasando con las esperanzas que le quedaban al ocio nocturno de remontar sus beneficios con la facturación de verano. Sin embargo, al ver el retroceso de la apertura de sus locales a raíz de la escalada de contagios, sobre todo, en su público objetivo, los jóvenes, ha puesto 'el grito en el cielo' al ver que se quedan, por segundo años consecutivo, sin temporada de verano. Julio por ahora es un mes totalmente perdido y agosto va por el mismo camino, la única posibilidad de revertir la situación es que bajen los casos de contagio. Pero este viernes la incidencia acumulada nacional subía 37 puntos más que el jueves, alcanzando los 537 puntos.
El segundo 'varapalo' para el sector es un doble 'puño' a las puertas de miles de negocios que han aguantado, a duras penas, los 15 meses de cierre. Ahora, las medidas ponen en riesgo al 60% de los locales en activo, que el secretario general de International Nightlife Association y Spain Nightlife, Joaquim Boadas, estima en unos 19 mil, ya que la crisis se habría llevado por delante a 6.000 de los 25.000 locales de ocio nocturno. Por su parte, Ramón Mas, presidente de España de Noche, estima una cifra mucho más dramática: 9.500 locales son los que permanecen de pie tras estar más de un año cerrados. Tras meses de incertidumbre, la situación de los locales que aún no han entregado las llaves es de una gran inseguridad jurídica. Como explica Boadas, "hay sitios en los que se aplican las pólizas de seguro y otras no, otros que han podido abrir con una segunda licencia, alquileres al 50% o con el total o incluso hay quienes van a demandar al estado por el primer estado de alarma".
Entre las regiones más afectadas, donde el ocio nocturno está vinculado a la oferta turística de la ciudad, la situación económica es aún más complicada. En el caso de Ibiza el ocio nocturno es clave, ya que llega a representar el 35% del PIB de la isla, según detalla Mas. En este sentido, Boadas hace una estimación en la isla Balear de pérdidas según el rango medio de lo que se gana en una noche, de media, en una discoteca, alrededor de 30.000 euros: "Son 800 millones del año pasado y estos con 400 millones, por lo que seria un total de 1.200 de ingresos que no han entrado en Ibiza". A nivel nacional, el presidente e España de Noche estima que las pérdidas para el ocio nocturno con solo esta temporada de verano ya tocan un techo de 5.000 millones de euros.
Barcelona, la costa levantina o la costa brava también son grandes afectadas. Boadas explica que los grandes grupos siguen resistiendo a duras penas y que, incluso cerrados, siguen afrontando todos los gastos para seguir 'vivos': "De los grandes grupos de ocio como Grupo Opium, por ejemplo, con discotecas en Barcelona, Marbella o Madrid, ha conseguido subsistir con el cierre de tan solo 1 discoteca". Sin embargo, tiembla al pensar en septiembre, cuando acabe la temporada y se tenga un radiografía real de los locales que han quedado tras la 'escabechina' de otra temporada 'en seco' y pagando gastos. Además, las ayudas de las diferentes comunidades no son iguales en todos los sitios y el sector 'aguanta el tipo' con la incertidumbre de no saber si se prorrogarán los ERTE hasta diciembre. "Algunas ayudas son simétricas en Cataluña, Galicia, Navarra o Valencia, pero en otros sitios, como en Murcia, las ayudas están siendo pequeñas", concluye Boadas.
El sector denuncia ser el 'cabeza de turco' de las infecciones cuando "Nunca se ha podido demostrar", explica Mas. Prosigue argumentando que los locales de ocio nocturnos son los "últimos en recibir a la gente". Por lo que, defiende el portavoz, es muy difícil saber con certeza dónde se ha contagiado una personas cuando podría haber sido también en "un gimnasio o un centro comercial". Las imágenes de botellones, grandes agrupaciones en las calles y hábitos nocturnos públicos como fiestas sin mascarilla es lo que más denuncia el sector: "Lo que decimos es que después del levantamiento del toque de queda, las ciudades principales se llenen de gente celebrando. Ha sido un verdadero festival", puntualiza Mas.
El esfuerzo por lograr un ocio nocturno seguro es lo que llevan defendiendo desde hace meses. Aplauden, por ejemplo, la medida de Galicia, que ha establecido que se debe entrar a una discoteca con la PCR negativa. "Ahora Cataluña empieza a plantearse un protocolo seguro, pasar al local con un test previo y un QR que asegure que la persona que se presenta en la puerta es quien dice ser. Con todos los datos. Llevamos meses preparados y prefieren cerrar en lugar en lugar de buscar soluciones", explica en tono molesto Boadas. El sector espera que la vacunación avance lo más rápido posible entre el público de entre 16 y 29 años. De hecho, España de Noche ha ofrecido sus locales como 'vacunódromos' para sumarse al "esfuerzo" que requiere la situación. Además de esto, el ocio nocturno espera que se oficialice el establecimiento de protocolos seguros para disfrutar de noche, en lugar de "abocar a la gente a la calle", como declara Boadas.
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