Periodistas cuentan el ataque que vivió en la prensa el Contubernio de Múnich

  • Los periodistas José María Carrascal, Justino Sinova, Miguel Ángel Aguilar y Enric Juliana han explicado hoy el ataque "sin posibilidad de defensa" que vivieron los políticos participantes en el llamado Contubernio de Múnich, punto de partida de la transición a la democracia en España.

Madrid, 7 jun.- Los periodistas José María Carrascal, Justino Sinova, Miguel Ángel Aguilar y Enric Juliana han explicado hoy el ataque "sin posibilidad de defensa" que vivieron los políticos participantes en el llamado Contubernio de Múnich, punto de partida de la transición a la democracia en España.

En una mesa redonda organizada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y la Casa de América -"Múnich 1962, el Contubernio de la Concordia"- que ha moderado el presidente de la Agencia Efe, José Antonio Vera, los periodistas han hecho un repaso de cómo enfocó la prensa española las noticias de la reunión que tuvo lugar en 1962 en el marco del Congreso del Movimiento Europeo.

En Múnich se congregaron 118 representantes de organizaciones políticas de oposición al régimen de Francisco Franco que firmaron un manifiesto final en el que reclamaban la reconciliación y el establecimiento de la democracia y el pluralismo político en España.

A su regreso a España, han relatado los participantes en la mesa redonda, fueron obligados a elegir entre la expulsión del territorio español o su extrañamiento en el interior, quedando recluidos muchos de ellos en Canarias.

La prensa tildó la reunión de "sucia traición a nuestra patria para atarla al carro del capitalismo, de la masonería y del comunismo" o de "triste mascarada de demagogos, de tontos y de traidores", han recordado.

Justino Sinova ha recordado que, en 1962, existía censura previa en España que obligaba a los periódicos a enviar diariamente las galeradas al Gobierno antes de que el diario entrara en la rotativa, y que los directores de los medios de comunicación eran nombrados directamente por el ministro de Información, entonces, Gabriel Arias Saltado.

Ha explicado que los participantes en la reunión fueron objeto de una durísima campaña de desprestigio en la prensa dirigida por el ministro de Información que dio además instrucciones de conectar con el movimiento a Don Juan de Borbón.

A modo de ejemplo, ha citado algunos titulares como el del diario Arriba -"Reconciliación de traidores"- o frases en las que se tildaba a los participantes de "elementos cobardes y reaccionarios" y se les acusaba de pactar con los comunistas, cuando los comunistas no fueron a Múnich.

Sinova ha recordado que la información que recibieron los españoles de aquel encuentro fue una crónica "bastante extensa" de la Agencia Efe en la que no se hacía referencia al contenido de la resolución acordada y que "estaba destinada a esa operación de desprestigio" de los participantes.

Enric Juliana ha explicado que sí hubo representantes del PCE en el hotel donde tuvo lugar la reunión, aunque permanecieron en los pasillos como observadores porque el partido no quería quedarse fuera de lo que allí se trataba y sus militantes deseaban dejar el exilio.

José María Carrascal, entonces corresponsal en Berlín, ha relatado cómo gracias a un amigo intérprete consiguió entrar en la reunión y acabó siendo prácticamente el "chófer" de Salvador de Madariaga, principal promotor del encuentro, y ha destacado que pudo comprobar la "calidad humana" de los participantes.

Todos los periodistas que han participado en la mesa redonda han hecho hincapié en que los políticos que estuvieron en Múnich no pudieron defenderse de esos ataques y han explicado que España era en ese momento "una preocupación muy grande para Occidente".

Carrascal ha aludido además al "importante papel" que tuvo Alemania aquellos años, en los que ejerció de "tutora" de España en su "reencauzamiento hacia la democracia".

Miguel Ángel Aguilar se ha centrado en las "acuñaciones lingüísticas" del franquismo, como el término "contubernio" para referirse a la reunión de Múnich, sin el que, ha dicho, no sabríamos ahora cómo llamarla.

Ha relatado la forma de informar de la prensa franquista, en la que se incluían informaciones que desmentían o atacaban un hecho del que no se había informado previamente, como ocurrió con el Contubernio de Múnich o el accidente de un B52 cargado con bombas nucleares en Palomares, en 1966.

Aguilar ha recalcado que la operación puesta en marcha por el régimen para denigrar "una gente indefensa" es "de una vileza indescriptible" porque no les dieron la posibilidad de responder.

Sin embargo, ha concluido que esos políticos que "padecieron persecución" no querrían ahora que les quitaran su participación en el Contubernio de Múnich porque "es su acta de nobleza".

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