¿Qué oculta la donación millonaria de Amancio Ortega? Mi sospecha más profunda

La Fundación Amancio Ortega y el Servizo Galego de Saúde han firmado un convenio de colaboración para renovar aparatos muy costosos. Me parece fenomenal. Sobre todo, agradezco que lo cuente. Son 17 millones, cifra nada despreciable.

Pero don Amancio debe saber -ya lo sabía, supongo- que se expone a que lo critiquen, como así ha ocurrido.

Una donación pública, por muy millonaria que sea, tiene un componente publicitario. Y lo publicitario, por su propia naturaleza, está sometido a la crítica de la gente.#TUITÓMETRO "Amancio Ortega empezó de cero, como Darth Vader". El empresario, retratado https://t.co/BwFtFT0biJpic.twitter.com/EDUhKdb8eU— infoLibre (@_infoLibre) octubre 23, 2015

Cuando un rico suelta alguna migaja de su dinero (sí, 17 son una migaja de 70.000), la sombra de la sospecha se cierne sobre él. Si se trata de alguien que acaba de alcanzar el puesto de hombre más rico del mundo, con más motivo.

Y si encima es español, no digamos. En España, el éxito notorio es un serio agravante del presunto delito de ser rico.

Vale, me he pasado un poco con esto último. Permitidme la hipérbole...Sospechas legítimas

Hablábamos de las sospechas…

"¿A quién pretende comprar?" "¿Por qué ahora?" "¿Qué querrá a cambio?", se preguntan algunos.

Este servidor de ustedes no va a defender a Amancio Ortega. Me parece que todas las sospechas y las críticas que ha levantado la donación son legítimas de plantear.

Pero también me parecería legítimo, comprensible y hasta conveniente escuchar alguna palabra de agradecimiento, algo nada extraño de escuchar cuando te regalan 17 millones de euros. Incluso aunque sospeches que te lo regalan con cierto interés.

Yo me alegro por los enfermos de cáncer que tratan en los hospitales gallegos. Dispondrán de aparatos mejores -más rápidos, más seguros, más precisos- para tratar sus enfermedades.

Me alegro por los gallegos, que se han ahorrado un pastizal en maquinaria hospitalaria.

Los aparatos de investigación médica son muy caros. Cualquier gerente de hospital podría acreditar mis palabras con más precisión. Mamografías, radiografías, tacs, ecografías, microscopios quirúrgicos, resonancias magnéticas, mesas de alta cirugía, cámaras muy precisas…

Me alegro por los españoles, entre quienes se encuentra el hombre más rico del mundo.

Y me alegro por Amancio Ortega, porque los actos de generosidad, ocultos o públicos, benefician a quien los recibe y también a quien los hace. "Quien da, tiene", dice el refrán.

Me alegraría aún más que la cultura de la donación y la filantropía, tan común en otras culturas, como la norteamericana, se extendiera por nuestro país.

Quizá un primer paso para coadyuvar en este noble propósito podría ser no crucificar a quien se desprende de 17 millones de euros, acusándole de cosas tan serias como evasor de impuestos, explotador, ladrón…@raulsalgado Amancio Ortega hace caridad en España para lavar su imagen de evasor fiscal y de explotacion infantil. http://t.co/r3mhTfbCUu— SuperfuzzBigmuff (@AlvaroSeco) octubre 20, 2014

Imagínense el presente diálogo en un matrimonio de superricos españoles:

-Cariño, deberías proyectarte un poco en sociedad, no sé… haz una donación a un orfanato, o a un hospital, o la investigación de las enfermedades raras...
-Sí, hombre, ¡para que me pongan de evasor en las redes sociales! Quita, quita… Mejor calladitos, que estamos más guapos.
-Tienes razón, cariño.

Debo confesar que albergo una sospecha profunda sobre la verdadera intención que se oculta tras el pastón que ha soltado don Amancio.

He analizado cuidadosamente las pruebas que he recabado este día y quiero compartir mi sospecha con los lectores:

Creo que Amancio Ortega quiere ayudar a sus paisanos, sobre todo a algunos de ellos que los están pasando mal. Y quiere que todos los españoles lo sepan.

Punto. Aquí acaba mi sospecha. Cuando tenga pruebas de que está evadiendo impuestos, prometo que lo contaré.

Mientras tanto, sólo me sale decir una palabra muy simple: "Gracias".

Sigue @martinalgarra