Aunque muchas veces hemos oído la expresión 'hambre de dinero', probablemente nunca de manera tan literal como la que se acaba de vivir en Rusia. Un oficial de policía ha sido sancionado y apartado del cuerpo después de intentar tragarse 480 dólares en efectivo provenientes de un soborno.
El pasado mes de mayo, el agente Andrey Zakharov se encontraba en el interior de su vehículo patrulla frente a la central de policía de Rtishchevo, a 660 kilómetros al sur de Moscú, cuando un individuo cubierto con un casco se le acercó y le hizo entrega de un sobre con dinero. A cambio, Zakharov de entregó un papel.
Este intercambio llamó la atención de los agentes del departamento de Asuntos Internos, que vigilaban al agente desde hacía meses. Sospechaban que Zakharov estaba recibiendo un soborno, y acertaron de pleno: el policía acababa de cobrar un buen dinero por devolverle a un motorista un permiso de circulación suspendido.
Ante la llegada de los detectives de Asuntos Internos, el agente corrupto trató de huir, después se resistió al arresto y, desesperado, intentó comerse todos y cada uno de los billetes del soborno para intentar destruir las pruebas. No lo consiguió. Fue detenido, juzgado y ayer conoció su sentencia: una multa de 19.000 dólares, además de permanecer dos años fuera del cuerpo de policía.
El de Zakharov no ha sido el único caso de corrupción policial que acaba con un extraño final para el dinero. El año pasado, Boris Simonov, un oficial del departamento de pesca, tiró 30.000 dólares de su coche en marcha cuando era perseguido por los agentes de Asuntos Internos.
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