El acuerdo sellado por el Gobierno de coalición de PSOE y UP con las fuerzas independentistas de ERC y Bildu para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado (PGE) ha sido una de las decisiones políticas más polémicas y que menos ha gustado a los españoles al final de año. Según la encuesta elaborada por Dym para La Información, un 56,7% de la población reniega de ese pacto y está poco o nada de acuerdo con ello, más del doble del 22,5% que lo apoya sin fisuras, mientras que hay un 15% de los encuestados que se muestra “algo” de acuerdo, pero no lo defiende con claridad. La encuesta se realizó entre los días 15 y 17 de diciembre, con una base de mil consultas y un margen de error estimado del 3,2%.
Cuando se llega al análisis de la muestra según lo que se votó en las últimas elecciones, es lógico que ese reproche al acuerdo entre la izquierda y el independentismo radical se centre en los votantes de la derecha, sobre todo PP, Cs y Vox, con proporciones que van del 76% al 90% y apoyos que apenas superan el 4% entre sus seguidores. Pero resulta significativo según los datos de la consulta que hay un 41,5% de votantes del PSOE a los que no les gusta nada la alianza para los PGE que urdió el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, y aceptó el presidente Sánchez para sacar adelante las cuentas públicas en el Congreso y el Senado. Apenas la tercera parte de los simpatizantes del socialismo están de acuerdo, mientras que en el caso de UP y dado que se trata de uno de los grandes ‘logros’ de su partido desde que gobierna en coalición, ese apoyo sube hasta el 60%.
El reflejo de esos datos sobre el rechazo que cosecha el pacto político para aprobar las cuentas públicas de 2021 y poner fin a dos años de prórroga presupuestaria, se corrobora en la consulta de Dym con una mayoría muy similar, del 55,5% de los encuestados, que cree que la alianza con ERC y Bildu pone en riesgo la unidad de España. Evidentemente, esa tesis es apoyada por la casi totalidad de los votantes de la extrema derecha de Vox y más del 90% del PP, una proporción similar a la que lo rechaza desde las filas de Unidas Podemos. De nuevo el PSOE se mueve entre dos aguas, con casi un 40% de quienes votaron al partido en las últimas elecciones que admiten que ese riesgo de romper la estructura territorial del país existe. En general, solo un 34,3% de los españoles descarta que eso pueda ocurrir y hay un 10,2% que prefiere no decantarse por ninguna de las dos opciones.
Una de las opciones que siempre se han puesto sobre la mesa para solventar el problema territorial que hay en España es una redefinición de los artículos de la Constitución que establecieron el modelo autonómico en 1978, si bien eso puede supone reformar el conjunto de la Carta Magna y añadirle otros muchos capítulos que habría que retocar. Sobre esta cuestión, la encuesta de Dym para La Información corrobora que hay una mayoría del 60,4% de la población que considera que la Constitución debe ser reformada para mantener el Estado democrático y de derecho en España sin más fisuras independentistas. La consulta no aclara cómo se debe hacer la reforma, pero evidencia que son los votantes de centro izquierda quienes sostienen esa tesis, frente a algo más del 34,5% de la población, que se corresponde con los votos de derechas, que lo rechazan.
Sánchez e Iglesias pierden fuerza
Más allá de los temas económicos, la consulta mensual sobre intención de voto que incluye la encuesta de diciembre apunta a que la coalición de Gobierno que lideran Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ha sufrido cierto desgaste a final de año, en los albores de lo que puede ser la tercera ola de la pandemia de la Covid-19, con una caída en estimación de voto de más de cuatro puntos sobre las elecciones del 10-N de 2019 (hace algo más de un año) para los socialistas, y de 2,6 puntos para la izquierda de UP. Eso nos llevaría a un Hemiciclo con un 24% de los votos para el PSOE, seguido muy de cerca por el 22,9% del PP, que subiría casi dos puntos y sería el gran beneficiado de ese desgaste.
Como tercera fuerza política se mantendría Vox, con un 17,4% de apoyo del electorado, por encima del 10,4% de UP y del 8,2% de Ciudadanos, que mejora también casi un punto y medio en un año. Como dato significativo de esta estimación, la fuerza electoral de la extrema derecha de Vox sería similar a la que suponen el resto de los partidos nacionalistas, regionalistas e independentistas con representación parlamentaria, en el entorno del 17%.
En el análisis de los líderes políticos, la consulta de Dym corrobora los resultados de casi todas las consultas que se hacen en el mercado demoscópico. No hay un líder que pase del aprobado (un 5), aunque en este caso el mejor valorado no es Pedro Sánchez, sino Inés Arrimadas (Cs) con un 3,9, seguida del presidente del Gobierno actual con un 3,5. Solo Pablo Casado (PP) pasa dos décimas del 3, mientras que Pablo Iglesias y Santiago Abascal, en ambos extremos del espectro político, se quedan en el entorno del ‘muy deficiente’, con un 2,7 y un 2,4, respectivamente.
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