Abu Dhabi, un nuevo universo por descubrir

  • La gran mezquita, el desierto, el mercado artesanal... todo lo que hay que ver uno de los puntos geográficos del planeta que más ha crecido.
Abu Dhabi
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Es fascinante contemplar como lo que hace cincuenta años eran unas dunas y desierto con apenas tres mil habitantes, se ha convertido en un universo de casi tres millones de personas. Gracias a los ‘petro dólares’, y al trabajo de tantos cientos de miles de asiáticos que han ayudado a que Abu Dhabi haya sabido crear una nueva realidad con vida y entidad propias. Es uno de los puntos geográficos del planeta que más ha crecido y donde los mejores arquitectos del mundo tratan de plasmar su firma vertical. En sus dunas se han anclado docenas de impresionantes rascacielos, complejos turísticos de las Mil y Una Noches y grandiosos centros comerciales.

Abu Dhabi compite por tocar el cielo con urbes como Dubai y Hong Kong, con los restaurantes de ciudades gastronómicas como Tokyo y París y las galerías de arte de Londres y New York. Es la ciudad de Oriente Medio que mejor ha sabido adaptarse y asimilar el estilo de vida occidental. La isla de Saadiyat, que hace no mucho se mostraba vacía, y hoy es la zona que más ha cambiado gracias al impulso de los mejores arquitectos del mundo que compiten por levantar el edificio más alto, original y llamativo. Como muestra baste el Louvre. En el puerto de Dhow se visita el interesante mercado de pescado. Elija una pieza y que se la preparen. Cómala mientras observa los dhows, esos barcos autóctonos de Oriente Medio.

La Gran Mézquita de Sheihk Zayed es una impresionante construcción de mármol blanco cuyas dimensiones nos recuerdan vagamente la grandiosidad del Vaticano y la belleza limpia e impecable del Thaj Mahjal. El suelo de la gran área de entrada es de una belleza, sólo comparable con la voluptuosidad de las cuatro grandes cúpulas que coronan el edificio. Si el exterior es majestuoso, el interior es fascinante y grandioso. La gran mezquita se concibió como un centro multicultural en el que la alfombra sin igual en el mundo, se hizo en Irán, los candelabros de Alemania, las columnatas de China y el mármol de Macedonia.

En Al Mushrif se encuentra el mercado artesanal en el que las verdaderas protagonistas son las mujeres artesanas que trabajan tejidos de coloridos originales e irrepetibles, engarzan joyas y trabajan con incienso y otras plantas aromáticas. Al acabar la jornada los hombres fuman en pipa (shisha) y todos disfrutan de cremosos helados de estilo italiano, se bebe el mejor café y se catan multitud de tés diferentes. No puede dejar de sentir la llamada del desierto y acudir a su encuentro. Aunque la mayoría eligen hacer el tour en vehículos todo terreno, el desierto debe palparse de forma más relajada y silenciosa; tal y como los locales lo han hecho siempre. Súbase a un camello.

La gastronomía se ha elevado tanto como el perfil de sus rascacielos y se ha hecho tan diversa como para poder disfrutar de casi cualquier especialidad del mundo. Desde el exclusivo japonés Tori No Su en la fabulosa Etihad Tower, al admirado Hakassan en el Hotel St Regis.

Pero nuestra recomendación es Li Beirut, el mejor establecimiento de cocina libanesa (una de las más interesantes del planeta) también ubicado en Eithad Towers y donde puede disfrutar de platos más acordes con la gastronomía local. Los metzes, esos deliciosos entrantes para compartir junto al foie grass Kebbher, y buenos platos de cordero como plato principal.

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