Il Palazzo Experimental, un hotel nuevo en la Venecia renacentista

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Imagen del jardín interior, donde se sirven desayunos y bebidas de tarde.

Intencionadamente al margen de las rutas turísticas, que en Venecia son sinónimo de multitud, el hotel Il Palazzo Experimental acaba de abrir sus puertas en el tranquilo barrio de Dordosuro, una zona de pequeños restaurantes, comercios independientes y boutiques de estilo vintage. Muy cerca de atracciones culturales como la Colección Guggenheim y la Galleria dell’Academia y a menos de 20 minutos andando de la Plaza de San Marcos. Un palacio renacentista acoge este establecimiento tras una cuidadísima reforma centrada en crear un espacio contemporáneo que, manteniendo la esencia, el sabor y la historia del edificio original, vive y se inspira en los materiales y la herencia de los siglos pasados.

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Colores como el azul cielo, el amarillo pálido, el crema o el terracota dominan la decoración de las habitaciones.

Azulejos vidriados a mano, luces de cromo y latón creadas especialmente para el hotel, suntuosas telas, suelos de mármol y terrazo, paredes de marmorino y maderas sombrías se fusionan con una paleta de colores que irradia la propia ciudad: terracota, azul cielo, amarillo pálido, gris plateado y crema.

Il Palazzo Experimental es la última apertura de Experimental Group, un grupo capitaneado por tres emprendedores franceses, amigos de la infancia y amantes de la gastronomía y la restauración que, desde 2007, ha aterrizado en ciudades como París, Londres, Nueva York, Verbier, Ibiza y Menorca con una propuesta que incluye hoteles, restaurantes, coctelerías y wine bars.

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Barra del Experimental Cocktail Club Venice, diseñado por la interiorista Cristina Celestino.

Dorothée Meilichzon, una de las arquitectas más codiciadas de París, elegida por el grupo para sus proyectos más importantes –entre ellos, hoteles en París, Londres y Menorca– ha sido la encargada de la remodelación que, como en otros proyectos, ha querido adaptar e integrar al máximo en el entorno en el que se ubica. De hecho, algunos de los colores empleados, como verdes y azules, se inspiran en los tonos de los canales, que tanto evolucionan durante el día. Y, con la misma filosofía, muchos de los accesorios, muebles y decoración, como los marcos de las puertas, los cabeceros o los sofás, son arqueados, como las ventanas de los edificios venecianos tradicionales.

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Interior de habitaciones de Il Palazzo Experimental, de nuevo con presencia evidente de arcos.
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Detalle de las habitaciones. 

La fachada de Il Palazzo Experimental, que se asoma al Canal Della Giudecca, consta de tres entradas alineadas. Una conduce al área de recepción y al vestíbulo, desde los que se accede a las 32 habitaciones y suites del hotel. Otra, al bar, el Experimental Cocktail Club, una coctelería cuyo diseño Meilichzon dejó en manos de Cristina Celestino, una de las promesas más brillantes de Italia, que convirtió su proyecto en un homenaje personal a la ciudad a través de una polifonía de canicas y espejos antiguos, inspirada en el reconocido arquitecto italiano, fallecido en 1978, Carlo Scarpa.

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Detalle del lobby del hotel.

La tercera puerta, por fin, da acceso al restaurante, en absoluto uno más: la buena gastronomía es una de las señas de identidad de Experimental Group y el Ristoriante Adriatica, que es como se llama, es una prueba de ello. En este caso, Experimental Group se ha asociado con Silvia Pezzana y Toto Dell’Aringa, fundadores del Venice Supper Club, para ofrecer lo mejor de la comida italiana.

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El Ristoriante Adriatica, reflejo de la apuesta por la gastronomía del Grupo Experimental.

Así, el menú del restaurante del Il Palazzo Experimental es un guiño a la región del Adriático, que incluye entre su materia prima los productos de mayor calidad de emblemáticas zonas costeras del país, como Friuli, Emilia Romagna, Marche, Abruzzo, Molise, Puglia y, por supuesto. Veneto. Abierto tanto para los huéspedes del hotel como para los visitantes, el restaurante ofrece en su planta baja cabinas y banquetas que potencian la intimidad en el interior y, en el exterior, una amplia terraza de mesas al aire libre en el canal.

El hotel también dispone de una terraza más discreta, en la azotea del establecimiento y orientada a su parte trasera, para tomar un cóctel al sol. El desayuno, el té y las bebidas de tarde también se sirven en el jardín trasero, con una vista tranquila del pequeño canal y el pontón.

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