Qué fue de Blackberry y por qué en 2020 resurgirá de sus cenizas (sin teclado)

Blackberry
Blackberry
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Aunque parezca mentira, Blackberry sigue existiendo. La compañía que se popularizó por sus smartphones con teclado físico sigue vendiendo teléfonos, quizás por orgullo de su pasado glorioso: hace tan solo una década, Blackberry era un actor tan importante en el sector de los smartphones que llegó a rivalizar con Apple; al menos, en algunas zonas como Sudamérica o el Caribe, donde en 2011 llegó acumular un 45% de la cuota de mercado. Pero en solo ocho años ha perdido un tercio de sus usuarios en todo el mundo y Blackberry ha cambiado su modelo de negocio... Y lo sorprendente es que la transformación le ha ido tan bien que en 2020 podría resurgir de sus cenizas. Pero, ¿qué ha sido de Blackberry estos años? ¿Y cómo planea volver a pelear por liderar sector tecnológico?

En 2008, mientras pregonaba las virtudes de un gobierno progresista ante cartelones con el lema de 'Yes, we can' entre acto y acto electoral, Barack Obama le hizo la mejor campaña que se le podía hacer a un teléfono móvil, tras confesar la adicción que padecía por su Blackberry. En aquel momento, los expertos en marketing llegaron a estimar que si Obama no fuese presidente de EEUU (y pudiese cobrar por hacer publicidad de la marca) podría haber exigido tranquilamente a la compañía entre 25 y 50 millones de dólares. Y esa cantidad solo sería por los actos previos a las elecciones.

Aquel año Blackberry ya llevaba 10 años en el mercado, pero fue el 'efecto Obama' lo que la hizo despegar definitivamente: en 2003 apenas tenía 500.000 usuarios en todo el mundo; entre 2008 y 2009, aumentó sus ventas en nueve millones de dispositivos. Después, prácticamente duplicó cada año el registro anterior. En 2010 llegó a los 41 millones de usuarios y, en 2011, alcanzó los 70 millones. Era la época dorada del móvil con teclado incorporado, antes de que los smartphones con teclado táctil terminasen ganando la batalla.

También fue el comienzo del fin. Aquel 2011, la compañía contaba con 17.000 empleados y el 14% de todos los móviles vendidos en EEUU eran Blackberry. Dos años después, en 2013, solo retenía el 3% de la cuota de mercado estadounidense, a pesar de que su presencia en todo el globo aún se mantenía en los 56 millones de usuarios. Aquello dejó a la empresa al borde de la quiebra y con rumores de venta o fusión resonando durante meses. Solo una milagrosa inyección de capital de 1.000 millones de dólares en noviembre de 2013 y el relevo de la cúpula impidieron su extinción.

La intención del nuevo presidente y CEO de la empresa, John Chen, era que Blackberry continuase siendo independiente y mantuviese su esencial. Pero añorar el pasado es correr tras el viento. Quizás por eso, en estos últimos cinco años el progresivo viraje de la compañía ha sido menos abrupto de lo que se podría esperar y, de hecho, ha logrado mantener su línea de negocio principal, los móviles. Aún más: en 2018 lanzó al mercado un modelo con el clásico teclado físico, el Key 2. Y tampoco ha modificado su política de precios, ya que está disponible a partir de 649 euros, aunque en Amazon existe una versión más económica por 374,99 euros.

De los móviles a crear software

Sea como fuere, Blackberry necesitaba cambiar de rumbo tras aquella seria amenaza de quiebra. Para 2015, su número de usuarios de smartphone había descendido hasta los 25 millones (al mismo nivel que en 2009, tras el 'efecto Obama'). Para hacerse una idea, ese año en EEUU aún logró vender unos 10 millones de dispositivos. Pero en 2018, esa cifra cayó hasta los 200.000. Quizás por eso la idea de Chen es mantener una producción mínima de teléfonos con teclado para los verdaderos apasionados de estos dispositivos, mientras esto siga teniendo sentido. El pasado mayo la compañía entendió que seguir ofreciendo el servicio BBM (Blackberry Messenger, similar a Whatsapp pero exclusivo de estos teléfonos) ya no tenía ningún sentido.

Y también por eso, Blackberry ha empezado a apostar fuerte por otras líneas de negocio, en especial por proporcionar software para coches, drones, medidores inteligentes, plantas de energía... e incluso para la estación espacial internacional. Y, de nuevo, está teniendo un éxito notable: su software es utilizado por todos los países del G7, el 75% de las compañías Fortune 100, y ya se encuentra en 150 millones de coches en todo el mundo, tal y como apunta este reciente artículo de 'The Telegraph', en el que Chen da por perdida la batalla de los móviles, aunque augura que la compañía volverá a ser puntera en 2020.

El paso de crear hardware a software se ha gestado lentamente en estos últimos cinco años y, desde luego, no ha sido fácil. Pero, quizás, la gran ventaja de saber que el barco se hunde lentamente sea precisamente saber que no tienes que seguir remando y que tienes todo el tiempo del mundo para ir buscando alternativas a tu alrededor.

Así, Blackberry ha empezado a explotar un mercado que empresas como Apple solo han empezado a vislumbrar en los últimos años: los servicios, tanto para móviles como para otros dispositivos. Mientras que la empresa que lidera Tim Cook no puede centrarse exclusivamente en el software porque vive con la presión permanente de lanzar un nuevo iPhone, MacBook o iPad cada año, la compañía de Chen tiene absoluta libertad para centrarse en crear servicios digitales.

De hecho, Chen ve esta transformación como un paso lógico y cree que los demás fabricantes de móviles terminarán siendo barridos también del mapa: "Hace más de seis años, los principales fabricantes de teléfonos eran Ericsson, Motorola y BlackBerry. Y ninguno de los tres ya está haciendo teléfonos. La siguiente generación de teléfonos también pasará página".  

La mala noticia para Chen y para Blackberry es que en el tercer trimestre de 2019 ya ha sufrido pérdidas por valor de 40 millones de euros, exactamente la  misma cantidad que había ganado en el mismo cuarto del año anterior... El barco amenaza con hundirse del todo y su negocio de smartphones se antoja más un lastre que impide llegar al bote salvavidas que otra cosa.

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