¿Por qué los jóvenes chinos no se rebelan contra el régimen?

  • Los jóvenes y las redes sociales han sido los protagonistas en las revueltas del mundo árabe. Algunos analistas creen que este fenómeno no sucedería en China porque allí hay una "situación financiera demasiado acomodada" y los jóvenes están ocupados trabajando.
Los jóvenes chinos están ocupados trabajando
Los jóvenes chinos están ocupados trabajando
lainformacion.com
Kathleen E. McLaughlin, Pekín (China) | GlobalPost

Con hombres solteros jóvenes en el corazón de la revuelta en el mundo árabe, podría parecer que China es un país propicio para los levantamientos. Pero aunque haya millones de hombres jóvenes solteros no parecen muy interesados en auspiciar un movimiento para impulsar el cambio.

China tiene actualmente al menos 20 millones de hombres jóvenes sin oportunidad de encontrar una mujer, según los expertos en población. En pocas palabras, hay demasiados hombres.

Los demógrafos predicen que la brecha de género crecerá hasta los 35 millones de aquí a 2020.

La razón: la política china del hijo único y una cultura que tradicionalmente ha primado a los varones, además de una mayor accesibilidad a la tecnología de ultrasonidos y al aborto selectivo en función del sexo, lo que ha llevado a que se produzca un excedente brutal de hombres jóvenes nacidos en las décadas de 1980 y 1990.

El reto global es empezar a cambiar en las nuevas familias, pero todavía permanece una burbuja de hombres jóvenes que no pueden ser devueltos ni reparados.

Así que, ¿por qué no se están levantando y causando problemas al régimen autoritario chino? En pocas palabras: están demasiado ocupados.

Andrea den Boer, coautora del libro editado en 2005 "Bare Branches," una investigación sobre las implicaciones que supone el excedente de hombres en Asia, reveló que la situación en China es diferente de la de Egipto, que sufre lo que se conoce como "población mayoritariamente joven".

China tiene millones de hombres jóvenes solteros, pero le falta el desempleo y el declive económico.

Con la economía de mayor crecimiento del mundo, las oportunidades son abundantes. El desarrollo ha llegado a todos los rincones del país y han comenzado a llegar oportunidades de trabajo a decenas de miles de jóvenes chinos de África y de otras partes del mundo.

"Los desfavorecidos podrían imitar el comportamiento de levantamiento popular, pero tendrían que tener una motivación para los disturbios sociales", explicó Den Boer.

"Dada la relativa estabilidad de China, al continuo crecimiento económico y al bajo desempleo que hay en el país actualmente, China no es un riesgo a gran escala para los disturbios sociales", asegura.

Durante dos fines de semana consecutivos, usuarios anónimos de internet han llamado a las protestas antigubernamentales en las principales ciudades chinas, estimulando a unos pocos manifestantes el 20 de febrero en Pekín y a otros cientos en Shanghai la semana pasada.

Los organizadores han llamado a una tercera concentración este domingo 13 de marzo, pero las fuerzas de seguridad chinas consideran que cualquier participación masiva parece un tanto improbable.

La insatisfacción y el malestar son más probables en las provincias lejanas con controles más flexibles y menos desarrollo económico.

De hecho, China registra una cifra estimada de 100.000 "incidentes de masas" cada año, pero tienden a surgir en torno a asuntos muy locales y están dirigidas hacia gobiernos locales o hacia empresas.

"Algunos de los incidentes que vemos surgir en China están relacionados con cuestiones étnicas o de otro tipo, por lo que no podemos atribuir todos estos incidentes al desequilibrio sexual que ha provocado la política del hijo único", ha dicho Den Boer.

Además, un estudio publicado recientemente demostró que los jóvenes trabajadores extranjeros que hay en China, contribuyeron más en la tasa de crímenes.

Aunque el estudio no se centró en el género, señaló que los trabajadores extranjeros, en situación de desventaja económica, nacidos después de 1980 fueron responsables de casi la mitad de los delitos que se registraron en China el año pasado, a pesar de que representan menos del 10% del total de la población.

Xie Jianshe, profesor de derechos humanos en la Universidad de Guangzhou, señaló que los números son incluso más altos en la región fabril del Delta del Río Perla, donde entre el 70 y el 80% de la población reclusa son jóvenes extranjeros. Aquí, de nuevo, la oportunidad económica es clave.

"Según mis investigaciones, es el desempleo lo que lleva a perpetrar la mayoría de los crímenes en este colectivo", destacó Xie.

Hasta ahora, nada de esto ha dado lugar a un movimiento nacional. Y con el aparato de seguridad de China que se ha intensificado y está estrictamente dirigido, no es probable que sucedan cambios.

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