La monarquía enfrenta más críticas a pesar de los gestos positivos de Felipe VI en un año

    • El nuevo rey ha dado pasos hacia la modernización de la Monarquía con gestos en el protocolo y más transparencia.
    • El "caso Nóos" es el gran caballo de batalla para su popularidad. También, una opinión pública cada vez más crítica.
La Fábrica Nacional de la Moneda acuñará monedas de 2 euros conmemorativas de la proclamación del Rey Felipe VI
La Fábrica Nacional de la Moneda acuñará monedas de 2 euros conmemorativas de la proclamación del Rey Felipe VI

Este viernes se cumple un año de la llegada al trono de Felipe VI. Un año en el que el nuevo rey ha logrado mejorar, aunque mínimamente, la opinión de los españoles sobre la Monarquía. Según los últimos datos de la encuesta de Sigma Dos, no sólo no ha perdido respaldo entre los ciudadanos, sino que ha mejorado las últimas marcas de su padre. En enero de 2014, sólo un 41'3% de los españoles respaldaba esta forma de Estado establecida en la Constitución. Ahora, lo hace un 61'5%. Hay quien habla incluso de que el juancarlismo, imperante durante décadas en España por encima incluso de la propia monarquía, empieza a ser desplazado por el felipismo.

En el balance de estos doce meses de reinado, coinciden los expertos, sobresalen los puntos a favor del nuevo monarca, que ha conseguido una transición pausada hacia una imagen más abierta y amable de la institución.

"Entre sus puntos fuertes está sobre todo la buena imagen", explica Fernando Rayón, periodista experto en Casa Real, quien destaca que ya siendo príncipe, don Felipe era el miembro de la Familia Real mejor valorado por los españoles.

"Ha pasado de las cosas que dice a los hechos", apunta también, "por ejemplo, cuando dijo que los miembros de la Familia Real no debían estar en empresas privadas ni recibir regalos. Todo eso está funcionando".

El tercer punto, razona este experto, es que ha sabido rodearse bien. "Está arropado tanto por la reina Letizia como por la reina Sofía, que era, después de él, la mejor valorada. Es un punto fuerte también el equipo que lo rodea, su jefe de prensa, de la Casa Real… con un protagonismo más discreto".

Entre los puntos débiles está, dice sin dudar, el 'caso Urdangarín', "El que más daño ha hecho a la institución y probablemente siga haciendo en el futuro. También afecta la actitud que está llevando a cabo la infanta Cristina", afirma. En segundo lugar, señala este experto, que se haya perdido el respeto que tenía la institución, no sólo en los medios sino en la opinión pública.

"Antes había una especie de acuerdo para no hacer sangre con todo lo que rodeaba a la Casa, pero eso cambió tras Botsuana y puede seguir. Cuando las televisiones, sobre todo los programas de cotilleo hacen información de Casa Real, trivializan todo, lo critican todo y son capaces de quedarse con una anécdota sobre lo realmente importante. Y eso le va a afectar a él y al prestigio que pueda tener de cara al futuro".

Carmen Enríquez, autora del libro 'Felipe VI. La monarquía renovada', afirma que el nuevo rey ha sabido ir recuperando el prestigio "poco a poco". Quedan aún retos, sostiene, como dar más visibilidad a los sectores más vulnerables: "Lo hecho en falta y es totalmente necesario para acercarse a la gente", dice. Un buen gesto, dice, sería que la monarquía recibiese a asociaciones de vecinos o de parados de larga duración. Caso Nóos: El rey marca distancias con su hermana.

En un año de reinado, golpes de mano como la revocación del título de duquesa de Palma a su hermana, la infanta Cristina, imputada por dos delitos fiscales, han contado con un respaldo mayoritario entre los ciudadanos. La decisión, conocida la pasada semana, ha sido sin duda un potente golpe de efecto en el caso que más daño ha hecho a la Monarquía, el Nóos, cuyo juicio debe celebrarse en los próximos meses.

Su estallido provocó la crisis más grave de popularidad en la institución. Tanto, que en octubre de 2011, con el caso ya ocupando titulares, la Monarquía, que a mediados de los noventa era la mejor valorada, registró su primer suspenso en el CIS. Desde entonces, no ha llegado a recuperar sus niveles. El barómetro dejó incluso durante meses de medir la opinión de los españoles sobre una institución en claro declive.

Ahora, la relación entre ambos hermanos es ya prácticamente inexistente. El Rey ha tratado de marcar distancias. Primero, 'borrándola' de la web de la Casa Real, bajo el pretexto coherente de que no pertenecía ya a la Familia Real. Después, reduciendo en extremo los actos oficiales en los que participan juntos. La Casa apartó a los duques de Palma de la agenda oficial en octubre de 2011, y desde entonces, las ocasiones en que han coincidido han sido las mínimas: la última, la semana pasada, en el funeral por el príncipe Kardam de Bulgaria, en el antiguo monasterio de San Jerónimo 'El Real' de Madrid. No se les veía juntos desde el 50 aniversario de la muerte del rey Pablo I de Grecia, el 6 de marzo del año pasado en Atenas, y antes, en junio de 2013 en otro acto familiar, la misa por el centenario del nacimiento de don Juan, padre del rey Juan Carlos.Código de conducta y buen gobierno

Apenas un mes después de recibir la Corona, el rey adoptó una serie de medidas para mejorar la imagen de la Casa Real.Sin duda una de las que generó más impacto fue la de prohibir a sus miembros ejercer otra actividad que no sea la institucional, algo que ocurría antes con las infantas Elena y Cristina, ambas con trabajos remunerados. En esta batería de medidas se anunciaba también que las hermanas del Rey no tendrían actividad institucional ni remuneración de la Casa.

El rey se comprometió también entonces a firmar tres convenios de Colaboración con la Intervención General del Estado, la Abogacía General del Estado y la Secretaría de Estado de Comercio, algo que ha llevado a efecto y que obliga a someter anualmente las cuentas de la Casa del Rey a una auditoría externa.

Con la Abogacía General del Estado el convenio permitirá a la institución contar con un asesoramiento jurídico "ordinario y permanente", acomodándose así al sistema que siguen los organismos públicos y siempre preservando la independencia del criterio jurídico, sin seguir instrucciones del Gobierno.

El tercer convenio permite a laCasadisponer de una asesoría también permanente y especializada en la misión de la Jefatura del Estado de promoción de los intereses económicos españoles, principalmente en el exterior.Las cuentas claras

El impacto del caso Noos en la Monarquía se recogió en las primeras palabras del monarca, en su discurso de investidura en el Congreso de los Diputados. "La Corona debe buscar la cercanía con los ciudadanos, saber ganarse continuamente suaprecio, su respeto y su confianza; y para ello, velar por la dignidad de la institución,preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente, comocorresponde a su función institucional y a su responsabilidad social. Porque, sólo de esamanera, se hará acreedora de la autoridad moral necesaria para el ejercicio de susfunciones", admitió entonces.

En ese camino hacia la modernización de la institución, discreta pero contundente, una de las medidas de su reinado ha sido la publicación, en su página web, de los datos de las retribuciones de sus altos cargos, los contratos y convenios suscritos en vigor y el grado de ejecución de los presupuestos. Así, por ejemplo, se pudo conocer que el jefe de la Casa percibió en 2013 una retribución anual bruta de 136.209 euros, el secretario general de la Casa 130.079 euros, el jefe de la Secretaría del Príncipe, 128.238, o que la Casa tiene suscritos contratos de análisis de información en Internet, o que gastó 65.993 euros en el servicio de "catering" que se sirvió en la proclamación real.El rey se baja el sueldo

El Presupuesto que maneja la Casa del Rey para este año es de 7'78 millones de euros, la misma cantidad que la asignada en 2014, cuando aún reinaba el rey Juan Carlos I. El primer año que se recortó el presupuesto fue 2011, tras congelarse en 2010 en 8'9 millones.

El monarca decidió en la segunda mitad del año pasado mantener el mismo sueldo que recibía como príncipe de Asturias, 146.376 euros anuales, cantidad que incluye los gastos de representación. A principios de este año, y en sus primeras cuentas de la Corona como Rey, decidió bajarse el sueldo un 20%. Esto es, 234.204 euros al año, 58.548 euros menos de lo que percibía su padre como jefe del Estado.

El rey es quien se encarga de distribuir las asignaciones para el resto de miembros de la Familia Real. Así, don Juan Carlos recibe 187.356 euros, la reina Letizia, 128.808 euros y doña Sofía, 105.396 euros. Ni la infanta Cristina ni la infanta Elena perciben asignación estatal.

Don Felipe redujo las partidas destinadas a la familia real, a gastos de personal y a gastos corrientes en bienes y servicios, pero aumentó notablemente las correspondientes a "inversiones" (140.606 euros más) y "fondo de contingencia" (con un incremento de 104.791 euros). La institución tiene destinados 650.000 euros para conectar todas las secciones de la Casa del Rey mediante un sistema informático, gestionar expedientes e integrar toda la documentación, vídeos y fotografías generados.

La modernización tecnológica es uno de los grandes empeños del rey. Como también, conocer de primera mano las opiniones que los españoles tienen sobre la Corona. El año pasado, se destinaron 62.000 euros en una consultora especializada en relaciones públicas para analizar los comentarios en redes sociales y blogs. La Zarzuela tiene también una partida de "incentivos" para premiar el rendimiento y dedicación de los empleados.Su primera visita, a Cataluña

Pese a su exigida neutralidad, el rey no ha permanecido ajeno a los problemas más urgentes del país. En un guiño explícito a la cuestión territorial, su primer viaje como monarca fue a Cataluña. Allí, con motivo de la entrega de la Fundación Príncipe de Girona, y en un discurso en catalán y castellano a partes iguales, Felipe VI llamó a sentirse orgulloso de ambas lenguas. El monarca reconoció que sus visitas a la comunidad, frecuentes, tenían como objeto transmitir "mensajes de respeto, entendimiento y convivencia".

La última, con ocasión de la celebración de la final de la Copa del Rey entre F.C. Barcelona y Athetic de Bilbao, donde hubo de escuchar la sonora pitada de una parte de los aficionados al himno nacional. Su ausencia, días después, en la final de la Champions en Berlín fue comentada, ya que suponía que por vez primera ningún representante de la Casa Real acudiese a una final con representación española.

Las relaciones con el presidente catalán han sido cordiales. Con motivo del tradicional discurso de Navidad del monarca, Mas destacó que el Rey se refiriese a la cuestión soberanista y consideró un éxito que "el Estado reconozca que tiene un problema y un reto con Cataluña".

"Sigo con el wait and see", dijo Mas, tras la proclamación del monarca. Expectante, dijo entonces, por conocer su postura ante el desafío soberanista.

En su última visita, en marzo, con motivo de la constitución del Comité de Honor de los Juegos Mediterráneos Tarragona 2017, el Rey elogió la colaboración entre las administraciones de Cataluña y el Estado, con "unidad y responsabilidad":

"Una oportunidad, también, para ser conscientes y reconocer que este prestigio y esta oportunidad, alcanzados después de décadas de estabilidad política y progreso, nos los hemos ganado a pulso cada vez que hemos sido elegidos para organizar acontecimientos de estas características", dijo el monarca, en catalán. La escasa utilización de las lenguas cooficiales-sólo las empleó en la despedida-fue una de las cuestiones más afeadas de su discurso de proclamación.Gays y lesbianas en Palacio por primera vez

Los primeros signos visibles de la modernización llegaron ya en sus primeros días de reinado. El protocolo real flexibilizó, por ejemplo, que los miembros de las instituciones del Estado que jurasen o prometiesen sus cargos en el Palacio de la Zarzuela pudiesen elegir si hacerlo ante una Biblia y un crucifijo, dos elementos hasta entonces siempre presentes.

Otro de los gestos más comentados fue la recepción en El Pardo de los colectivos de homosexuales, transexuales y bisexuales. Algo que no había ocurrido en las casi cuatro décadas de reinado de don Juan Carlos.

Tampoco, que el rey baje los 72 escalones de la escalinata del Alcázar, en el Palacio Real-el llamado zaguán de embajadores-para recibir a sus invitados a pie de calle. Una novedad en el protocolo, no menor, que se pudo ver por primera vez el pasado mes de mayo, con motivo de la visita del presidente de Italia, Sergio Mattarella. Hasta entonces, este tipo de almuerzos se celebraba en el Palacio Real. También entonces, en otro gesto de discreción, se empleó el comedor de diario, más pequeño que el de gala. Otra de las fotografías habituales es la del monarca cediendo el paso a sus invitados.Una Familia Real 'tuitera'

Recién llegado al trono, el nuevo rey realizó importantes cambios en su equipo más cercano, para rodearse de sus colaboradores de confianza. Jaime Alfonsín, hasta entonces secretario, fue nombrado nuevo jefe de la Casa del Rey. Unos meses después, el periodista Jordi Gutiérrez Roldán, íntimo de los monarcas, fue elegido como director de Comunicación. De esta forma, salían de la institución dos nombres que durante años habían formado parte del círculo más estrecho de don Juan Carlos, el hasta entonces jefe de la Casa, Rafael Spottorno y el jefe de prensa Javier Ayuso.

La modernización de la institución se ha notado también en las redes sociales. La Casa Real se sumó a la ola tuitera y con gran éxito: acumula más de 700 nuevos seguidores diarios. Su cuenta es la segunda más activa entre las monarquías europeas, sólo por detrás de la británica, y da buena cuenta de la actividad diaria de los reyes, con la publicación de imágenes de las audiencias y actos, discursos y otros contenidos que "ayuden a conocer mejor la Monarquía española", según explicó la propia Casa del Rey en un comunicado. Además, cada viernes se informa de la agenda semanal de la Familia Real.Bienvenidos al perfil oficial de Twitter de la Casa de Su Majestad el Rey— Casa de S.M. el Rey (@CasaReal) Mayo 21, 2014

La reina Letizia, cómplice

El nuevo monarca ha contado con la complicidad y cercanía de la reina Letizia, cada vez más cómoda en su papel de reina consorte y con agenda propia. Su primer acto en solitario como Reina fue apenas diez días después de la proclamación, en la inauguración de una muestra sobre El Greco.

El pasado mayo realizaba su primer viaje internacional en solitario. Un viaje de cuatro días a Honduras y El Salvador, con el que doña Letizia declaró sentirse entusiasmada y donde pudo retomar la labor solidaria de la reina Sofía visitando distintos proyectos de cooperación internacional.

También la reina ha revolucionado el protocolo: gestos como acudir sin el tradicional vestido negro con peineta y mantilla a la entrega de la Enseña Nacional de la Guardia Civil son todo un paso hacia la modernización.

Esta misma semana, con motivo del año transcurrido desde la proclamación, la Casa Real difundió un video compactado con algunas imágenes inéditas de los reyes, la princesa Leonor y la infanta Sofía, en sus momentos más íntimos. En ellas se puede ver, por ejemplo, cómo las pequeñas reciben a su padre tras asistir a la entrega del Premio Carlomagno al presidente del Parlamento europeo, ¿Por qué no te han dado a ti el premio?, le pregunta curiosa la princesa Leonor. En otras, se ve a don Felipe trabajando en el avión que le llevó junto a la Reina a Francia, en su primera visita de Estado.Un 'Juego de Tronos' para el Rey

Felipe VI reina en un escenario político inédito, con el bipartidismo en franco retroceso, y con nuevas fuerzas en auge. El rey, que mantiene encuentros frecuentes con los distintos líderes de partidos con representación parlamentaria, no recibirá, precisamente por esta condición, al secretario general de Podemos hasta después de las generales.

Así se lo trasladó el propio monarca a Pablo Iglesias hace unos meses, durante una visita a los eurodiputados españoles en Bruselas. Un encuentro informal en el que no faltó la anécdota, cuando Iglesias se saltó el protocolo para regalar al rey un 'cofre' con las cuatro primeras temporadas de la serie Juego de Tronos. "Se aprende mucho de la crisis española", explicó el político al jefe de Estado. El monarca le agradeció el regalo y le confesó que no la había visto.

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