Administración

¿Qué es el silencio administrativo? Así afecta a tus trámites y solicitudes

El silencio administrativo es una figura que protege al ciudadano en caso de que la Administración incumpla la resolución de los procedimientos.

El silencio administrativo puede ser en positivo o en negativo.
El silencio administrativo puede ser en positivo o en negativo.
Ekaterina Bolovtsova de Pexels.

Lo peor de los trámites administrativos no es solo el papeleo o el tiempo que hay que dedicarles. Muchas veces, la espera de una respuesta por parte de la Administración es eterna y no llega nunca. Para proteger a los ciudadanos ante estas situaciones de incumplimiento o de falta de respuestas, existe un mecanismo del derecho administrativo que se llama silencio administrativo.

El silencio administrativo se aplica cuando la Administración no ha respondido a una solicitud o trámite. Según la definición oficial del Diccionario del Español Jurídico, es "la estimación o desestimación tácita que la ley anuda al silencio de la Administración respecto de la petición de un ciudadano, una vez transcurrido el plazo legalmente establecido". 

¿Qué quiere decir? Pues que en el caso de que la Administración no responda a una solicitud pasado un plazo legalmente establecido, el solicitante deberá entender su petición como respondida en sentido afirmativo o negativo según se especifique en las bases reguladoras de cada procedimiento. También, si se trata de multas  o procesos sancionadores, el silencio administrativo acabará provocando la caducidad de las mismas, favoreciendo así al ciudadano. Este mecanismo jurídico está regulado en el artículo 24 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas.

Existen varios tipos de silencio administrativo y los dos principales son el positivo y el negativo. El silencio administrativo positivo es aquel que, tras no haber recibido respuesta en el plazo de tiempo estipulado, el solicitante deberá entender que la contestación a su petición es afirmativa. El silencio administrativo negativo es todo lo contrario: en el caso de no hallar respuesta, los actos interpuestos ante la Administración quedarán denegados entendiéndose la respuesta como negativa.

Por último, es importante saber que en el caso de que exista silencio administrativo en una solicitud y estemos en contra de esta suerte de respuesta automática, hay tres tipos de recursos a los que nos podemos acoger: el de alzada o reposición, el extraordinario y el contencioso administrativo.

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