CADA AÑO SE EMITEN 2.000 TONELADAS DE POLVO A LA ATMOSFERA, SEGÚN LA ONU

La atmósfera recibe cada año alrededor de 2.000 toneladas de polvo en suspensión, de las que una buena parte se deben a las actividades humanas, según destacó este miércoles la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la agencia de la ONU especializa en el tiempo, el clima y el agua.
La OMM ha publicado su primer número anual del boletín ‘Polvo en Suspensión en el Aire’, que aporta una visión general de los niveles de polvo atmosférico y su distribución geográfica en 2016, y que forma parte de las actividades destinadas a mejorar las observaciones y los avisos de las tormentas de polvo y arena, que plantean graves riegos para el medio ambiente, la salud humana y la economía en las regiones áridas y semiáridas.
Las tormentas de polvo y arena se producen cuando el aire extremadamente caliente hace que la atmósfera inferior del desierto se vuelva inestable, lo que provoca fuertes vientos que remueven enormes cantidades de arena suelta y la transportan a cientos, y en ocasiones a miles, de kilómetros.
El polvo en suspensión en el aire se vincula a problemas de salud, como afecciones respiratorias o meningitis, provoca regularmente el cierre de aeropuertos y la cancelación de vuelos, y crea condiciones peligrosas en las carreteras. Además, perturba sectores socioeconómicos clave, como la agricultura o la escolarización.
“Se calcula que cada año se emiten 2.000 millones de toneladas de polvo a la atmósfera. Si bien gran parte de esas emisiones se producen como consecuencia natural de los ciclos de la Tierra, una cantidad importante son causadas por factores derivados de las actividades humanas; principalmente por la gestión no sostenible de las tierras y los recursos hídricos”, dijo Enric Terradellas, presidente del Comité director del Sistema de Evaluación y Asesoramiento para los Avisos de Tormentas de Polvo y Arena de la OMM.
Terradellas, que es científico de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), indica que “el polvo es uno de los componentes principales de los aerosoles atmosféricos, que afectan al clima mundial y repercuten de manera importante sobre el tiempo a raíz de su influencia sobre la dinámica de la atmósfera, las nubes y las precipitaciones”. “Hemos de mejorar la observación y la vigilancia del polvo en suspensión en el aire a efectos de seguridad pública, pero también para comprender las reacciones del sistema climático”, añadió.
POLVO EN 2016
El boletín de la OMM indica que el promedio mundial de la profundidad óptica de los aerosoles (un índice de la carga de polvo) de 2016 fue similar a los niveles de los años anteriores y hubo tormentas de polvo y arena particularmente violentas en Irán, China y Mongolia.
En 2016, la mayor parte del polvo se concentró alrededor de sus fuentes principales, concretamente la franja de los desiertos tropicales y subtropicales del hemisferio norte, que abarca un territorio que se extiende desde el Sáhara hasta el desierto de Thar (situado entre la India y el Pakistán), y en los desiertos de latitudes medias situados en Asia central y en la frontera entre China y Mongolia.
En comparación con los niveles de referencia del período entre 2003 y 2015, el año pasado hubo una concentración de polvo menor sobre gran parte del Sáhara. También se observó una cantidad más pequeña de polvo transportado a través del Atlántico y superior a la media en el Golfo de Guinea y África ecuatorial.
La OMM subraya que no se ha observado una tendencia claramente definida entre 2003 y 2016, en parte debido a las restricciones de la capacidad de modelización y al período relativamente corto que ha transcurrido desde que las observaciones sistemáticas comenzaran en 2003.

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