El helicóptero que vuela por software, sin intervención humana

  • Un sofisticado software permite al vehículo esquivar obstáculos y tomar sus propias decisiones durante el vuelo.
Unmaned Little Bird, el helicóptero autónomo
Unmaned Little Bird, el helicóptero autónomo
Sanjiv Singh / Carnegie Mellon University
Lektu / Microsiervos

En 2007, el equipo Tartan Racing de la Universidad Carnegie Mellon, capitaneado por Sanjiv Singh, ganó el DARPA Urban Challenge, una competición para vehículos capaces de moverse entre el tráfico, esquivar obstáculos, aparcar y realizar todo tipo de maniobras de modo totalmente autónomo.

Ahora, con fondos del ejército estadounidense y la colaboración de ingenieros de Piasecki Aircraft Corporation, el profesor Singh y sus colegas de Instituto de Robótica han conseguido por primera vez en la historia que un helicóptero realice un vuelo no tripulado sin ningún tipo de intervención humana. Una especie de "vuelo por software" que sólo se había visto hasta ahora en equipos de radiocontrol.

Recientemente, un MD530F modificado por Boeing y apodado "Unmaned Little Bird" ("el pajarito sin tripulación") consiguió completar con éxito varios vuelos de prueba, eligiendo su propia ruta, esquivando obstáculos y despegando y aterrizando de forma autónoma sin necesitar ningún tipo de ayuda de sus diseñadores.

Ya existen otros helicópteros robotizados, pero en todos los casos la ruta de vuelo está preprogramada, o el vehículo se dirige de forma remota desde tierra. No es así en el caso del Pajarito, que se parece mucho más a los automóviles del DARPA Urban Challenge que a los actuales vehículos no tripulados, como el Global Hawk, que vuelan a 20.000 metros de altura sin tener que preocuparse de encontronazos imprevistos.

En el corazón de esta nueva tecnología está un sistema de lidar que mide constantemente la distancia de los objetos que rodean el helicóptero. La información proporcionada por el lidar alimenta un sofisticado software a cargo de dos funciones básicas: gestionar los dispositivos de control del helicóptero que dirigen su vuelo, y crear en tiempo real un sofisticado mapa 3D del entorno que rodea al vehículo, para determinar la ruta óptima y esquivar cualquier obstáculo que se interponga en su camino.

Por ejemplo, en las pruebas el Pajarito no solo fue capaz de evitar una torre que se alzaba a su paso, sino que, ante la orden de posarse sobre el techo de un coche, decidió ignorarla y tomar tierra en el suelo, que le ofrecía mayor seguridad.

Por el momento no hay fecha para la llegada de esta tecnología al campo de batalla, pero imaginamos que no tardará demasiado. Un helicóptero autónomo puede resultar muy útil en ciertas situaciones, como la evacuación de tropas bajo fuego enemigo, o el envío de suministros, en las que un sistema experto será sin duda más rápido y capaz que un piloto humano a la hora de elegir una ruta segura en condiciones de vuelo difíciles.

Y ni mencionemos las posibilidades de un vehículo táctico armado capaz de volar y decidir por sí mismo...

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