Intel comienza a ofrecer "actualizaciones de hardware" de pago para sus procesadores

  • El Pentium G6951 tiene más potencia de la que parece, y sólo hace falta pagar un pequeño extra para desbloquearlo y hacer que mejore su rendimiento
Intel lanza en Costa Rica el "más revolucionario" procesador para servidores
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Intel está ofreciendo a través de su red de distribución un servicio de "actualizaciones de hardware" para su procesador Pentium G6951 mediante activación a través de unos códigos especiales. Similares a las actualizaciones de los programas de software, esta fórmula permite mejorar el rendimiento del equipo, pero en este caso mejorando el hardware. En este caso se obtiene algo más de memoria caché y mejor rendimiento en el tratamiento de gráficos.

Pero, ¿no era el hardware la parte física del ordenador? ¿Cómo lo pueden mejorar sin cambiar las piezas en un taller? La tecnología para ello va incorporada de fábrica en el diseño del propio chip y todo lo que se necesita es la orden de activación, que se realiza instalando un software y tecleando un código especial que viene en tarjeta al estilo de los números de serie o los "rasca y gana".

Cualquiera que tenga uno de esos códigos puede actualizar su máquina: el secreto es que el hardware en cuestión –el microprocesador– tenía incluida ese extra de "potencia oculta" desde el principio, y lo único que se está haciendo es "liberarla" a cambio de cierta cantidad de dinero. Es como si compráramos un coche que tuviera 200 caballos de potencia pero estuviera limitado a 120 y pagando unos pocos euros se pudiera "mejorar" ganando 80 caballos extra sin tener que pasar por el taller.

En teoría, todos ganan: el fabricante puede incorporar más memoria, funciones o velocidad en los chips y activar o desactivar ciertas "zonas" a voluntad. Desde hace años existe esa función para que el hardware se auto-modifique, pero solía usarse sólo para bloquear zonas de transistores en los que se detectaban problemas y activar zonas duplicadas que actuaban como copias de seguridad (evitando tener que reemplazar la pieza). Fabricar chips todos iguales es más barato que fabricar diversas versiones con más o menos potencia o características, y además el desbloqueo puede venderse como un extra.

Los usuarios pagan en teoría solo por lo que compran –según las especificaciones del chip– y aunque para algunos sea una pequeña decepción saber que su procesador podría ir más rápido si pagaran más dinero a la mayoría probablemente no le importe a la mayoría. Históricamente algunos fabricantes han hecho lo mismo incluyendo más memoria o relojes de mayor velocidad en las placas madre de los grandes equipos y activándolos sólo cuando el cliente pagaba a un técnico por las mejoras. Tras una visita relámpago con un destornillador –no hacía falta nada más–se podía cobrar al cliente un buen precio aunque en realidad no se hubiera instalado nada, dado que todo estaba en el propio equipo desde el principio.

El lado malo de este tipo de ideas es que a veces los clientes utilizan diversas tretas para saltarse los sistemas que protegen esos códigos y consiguen las nuevas funciones o mejoras sin tener que pagar. Aunque esto era más fácil en el caso de los equipos antiguos que en los modernos microchips, está por ver si la seguridad que Intel ha incluido en estos procesadores pasa la prueba.

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